El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ordenado este domingo una investigación independiente sobre el dispositivo de seguridad existente durante el atentado fallido del sábado contra su predecesor, Donald Trump.

El exmandatario republicano ha resultado herido leve este sábado en un acto de precampaña celebrado en Pensilvania del que ha sido evacuado con sangre en el rostro tras ser tiroteado por un joven de 20 años, identificado con el nombre de Thomas Mathew Crooks, y que ha muerto tras ser abatido por efectivos del Servicio Secreto. 

El FBI está investigando lo ocurrido como un caso de terrorismo doméstico. Los primeros indicios apuntan a que el tirador, que perpetró el ataque desde un tejado fuera del perímetro del acto de campaña, actuó en solitario y por ahora tampoco ha identificado ninguna "ideología subyacente".

Además de Crooks, abatido por el Servicio Secreto, uno de los asistentes al mitin ha fallecido —Corey Comperatore, un jefe de bomberos de 50 años— y otras dos personas han sido hospitalizadas y se encuentran estables.

Tras el atentado, el Servicio Secreto de EEUU, encargado de la seguridad de Trump, ha sido cuestionado por su responsabilidad. El propio Biden ha anunciado que ha ordenado a la directora del Servicio Secreto, Kim Cheatle, una revisión de las medidas de seguridad actuales de la Convención Nacional del Partido Republicano que comienza este lunes en Wisconsin y a cuyo término Trump, que tiene previsto acudir, será ratificado como nominado final del partido a la Casa Blanca. Asimismo, Biden también ha solicitado una revisión independiente de los hechos que ocurrieron este sábado en el mitin de Butler (Pensilvania), para evitar que atentados como este se vuelvan a producir.

Visto por la policía y varios testigos

Momentos antes del suceso, el atacante fue visto por las autoridades locales cerca de los detectores de metales de la Agencia de Seguridad del Transporte (TSA) apostados en la entrada al evento, según fuentes citadas por la CNN. La Policía comunicó por radio que lo vigilarían y esa información también se pasó al Servicio Secreto, según la cadena estadounidense.

Crooks también fue visto por personas que estaban fuera del evento y alertaron a las autoridades cercanas de que una persona armada estaba en la azotea. "Vi al tipo moverse de tejado en tejado. Le dije a un agente que estaba en el techo", ha contado Ben Macer a la cadena local estadounidense KDKA. Gary O'Donoghue, otro testigo del tiroteo, ha explicado a la cadena BBC que el atacante "tenía un rifle" y que también avisaron a policías y al Servicio Secreto señalando hacia el tejado donde se encontraba. Muy poco después sonaron los disparos, relataron estos testigos a los medios.

El arma empleada para intentar asesinar a Trump era un rifle semiautomático AR-15 que había sido adquirido legalmente por el padre del atacante. Además, las fuerzas de seguridad han encontrado dos dispositivos con material explosivo en el vehículo del sospechoso, así como en su domicilio en Bethel Park (Pensilvania). Tanto el arma como el teléfono móvil de Crooks han sido enviados a un laboratorio del FBI en Virginia para recabar más pistas sobre la motivación del atentado, que todavía sigue siendo una incógnita.