La Fundació Habitatge Social ha alertado del riesgo que supone la falta de vivienda social, especialmente en un momento en el que el precio está "disparado". Esta fundación acompañó el pasado año a 476 familias y 1.750 personas en las 461 viviendas que gestionó. Son cifras similares a las del año anterior, con un 2,8% más de familias y un 2,5% de personas. El director de la Fundación, Sergi Rodríguez, ha alertado de que cada vez les cuesta más incorporar vivienda al parque que gestionan. También advierte que las familias que recuperan su autonomía tienen "muchas" dificultades para conseguir una vivienda fuera de la fundación.
"Esto supone un estancamiento en la rotación de familias que ralentiza nuestra acción social", ha manifestado. Así lo demuestran las cifras y es que en 2015 salieron de la fundación 48 familias, pero los datos de los últimos años no se mueven de unas 26 familias. La directora de Acción Social, Olga González, ha explicado que esto está relacionado con los precios altos del alquiler, ya que las familias necesitan una cuota accesible de entre 600 y 800 euros y ha lamentado que, en el área metropolitana, esto "es del todo imposible".
Del total de contratos firmados el pasado año, el 88,4% fueron de mujeres, ya que la fundación ha destacado que priorizan estas firmas porque el acceso de una mujer al derecho a la propiedad y al control sobre la vivienda es un factor que reduce el riesgo de verse sometida a control y violencia machista.
Por otra parte, la entidad acompañó el pasado año a 659 menores. Rodríguez ha alertado de que no disponer de una vivienda digna durante la infancia puede acarrear problemas de ansiedad y depresión, de desarrollo y aprendizaje, peor salud física y más hospitalizaciones, entre otros.
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