La 'influencer' Kat Torres, detenida por tráfico de personas: "No podíamos hacer nada sin su permiso"

Kat Torres, en una campaña publicitaria.
Kat Torres, en una campaña publicitaria.
Cinema Maison Canape
Kat Torres, en una campaña publicitaria.

Como suele ocurrir en cualquier caso de desaparición, la policía comienza una redada para intentar averiguar todo lo posible sobre los últimos pasos de las personas desaparecidas. Así, el FBI comenzó su trabajo para tratar de encontrar a dos personas en paradero desconocido.

Las víctimas eran dos jóvenes brasileñas de las que solo se sabía que habían estado junto a la influencer Kat Torres. La ya retirada modelo era muy conocida en redes y había trabajado con grandes nombres como Leonardo DiCaprio, por lo que en un primer momento nadie realmente desconfió de ella. Sin embargo, nada podía estar más lejos de la realidad.

Y es que fue precisamente gracias a su fama que pudo conseguir la confianza de sus víctimas. Como así ha informado la BBC, Torres se encuentra ahora mismo condenada a ocho años de prisión con cargos de tráfico de personas. "Hacía creer que había superado un caso de violencia infantil, abuso y todos los traumas, solo quería ayudar", aseguró a la corresponsalía brasileña del medio Ana, una de sus víctimas.

Para lograr llegar a sus víctimas, Torres se acercaba a mujeres en situaciones de vulnerabilidad y les aseguraba que las rescataría de sus males. De hecho, en su propia autobiografía, A Voz, (La voz en castellano) relató cómo era capaz de tener premoniciones y poderes mentales. Esto sumado a su faceta pública hacía que "fuera muy creíble".

Algo que en realidad era una media verdad. Como así explicó Luzer Twersky a la BBC, lo que según Torres eran poderes mentales en realidad era una droga alucinógena. De acuerdo a su discurso, debido al consumo de estupefacientes, la modelo nunca fue la misma: "Acabó cayendo en un pozo muy profundo".

Según relató, la influencer era una sugar baby, y ganaba dinero teniendo relaciones románticas con personas ricas e influyentes. De hecho, eran estos los que pagan el alquiler del piso donde ella y su compañero vivían.

Además de este negocio, Torres contaba con una página web en la que ofrecía sus servicios. "Más amor, dinero y autoestima de lo que tú jamás habrías imaginado", podía leerse como descripción de sus vídeos de autoayuda y consejos de todo tipo. Por 150 dólares sus clientes desbloqueaban vídeos de consultas. "Todas mis dudas y mis decisiones pasaban por ella antes. Todo lo hacíamos juntas", explicó Ana.

Aunque este método guardaba un oscuro secreto. No solo controlaba sus decisiones, sino toda su vida. Conseguía apartar a sus clientas de su familia y el resto del mundo hasta que dependían únicamente de ella. Incluso, llegaba a ofrecerles trabajo para que vivieran en su casa.

"Cuando llegué a su casa descubrí que todo era un desastre. Estaba sucia, desordenada y olía fatal", explicó Ana. Según la joven, Kat no era capaz de hacer nada por su propia cuenta, por lo que era ella quien hacía todo: "Ahora me doy cuenta de que me trataba como si yo fuera su esclava". Y es que ella nunca llegó siquiera a cobrar: "Tenía la sensación de que estaba atrapada y no tenía salida. Creo que fui una de sus primeras víctimas".

Sin embargo, tres meses después pudo escapar de los abusos gracias a la ayuda de su novio Por eso, cuando las familias de las dos jóvenes brasileñas desaparecidas lanzaron un mensaje de ayuda en septiembre de 2022, Ana sabía que tenía que hacer algo. El patrón que ella vivió se estaba volviendo a repetir con Desirrê Freitas y Letícia Maia así como una tercera mujer llamada Sol.

En el caso de Desirrê, Torres fue quien consiguió un billete de avión para que ella fuera desde Alemania, donde vivía, a EEUU, donde vive la modelo. Mientras que en el caso de Letícia, solo tenía 14 años cuando comenzó sus sesiones y acabó yéndose de au pair a su casa. La última de ellas, Sol, fue a buscar su ayuda tras quedarse sin hogar.

Aunque, al llegar, todo cambió para ellas. Desirrê acabó aceptando ser stripper junto a Sol por no tener dinero. Ambas acabaron en una mansión siguiendo todo tipo de normas y necesitaban el permiso de Torres para hacer cualquier cosa. Ni usar el baño ni tener su propio dinero estaba permitido si no pasaba por la modelo. "Era muy difícil, no podíamos hacer nada y ella nos quitaba el dinero. Estábamos muy asustadas, nos quitó toda nuestra documentación", asegura Sol.

Tenían que llegar a ciertos requisitos de dinero para poder dormir en la casa. Si no ganaban 3.000 dólares, se tenían que quedar en la calle. El problema es que en Texas es ilegal la prostitución, por lo que finalmente en septiembre las dos mujeres secuestradas pudieron denunciar la situación. Y es que, como pudo verse en los extractos bancarios, en apenas dos meses Torres ganó más de 21 millones de euros.

Por parte de las familias de ambas jóvenes se lanzaron campañas de concienciación para pedir ayuda, con lo que el caso se hizo viral. Y es que, ambas aparecieron en la lista de mujeres de compañía de páginas webs dedicadas a la prostitución. Por eso, finalmente la policía acudió a la casa de Torres.  

Pero, cuando las autoridades llegaron a la mansión, ambas mujeres aseguraron que estaban bien y que no les pasaba nada. O al menos así fue hasta noviembre, cuando finalmente la policía llegó a un acuerdo con Torres para que dejara que las dos mujeres pudieran regresar a Brasil. 

Actualmente, Kat se encuentra detenida y se enfrenta a ocho años de prisión por trata de blancas y proxenetismo.

Gema Ceacero
Colaboradora '20minutos'

Graduada en Periodismo máster en Documental y reportaje periodísitico transmedia por la Universidad Carlos III de Madrid. Especializada en cultura y apasionada por el manga, los videojuegos y la literatura.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento