El Arzobispado de Barcelona aparta a un padre denunciado por abusos sexuales en un instituto eclesiástico que se convirtió en secta

El Arzobispado de Barcelona abre un proceso participativo para reformar su mapa parroquial
El Arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella.
20M EP
El Arzobispado de Barcelona abre un proceso participativo para reformar su mapa parroquial

El Arzobispado de Barcelona ha apartado a un padre por los supuestos abusos sexuales que protagonizó en una parroquia de Santa Coloma de Gramenet durante los años 80. Según ha avanzado el diario ‘Ara’ y ha confirmado la ACN, cuando tuvo conocimiento de los hechos, abrió un expediente al rector de la parroquia de Sant Martí del Clot de Barcelona y, después de recoger el testigo de una de las víctimas y comprobar los archivos que tenía sobre el caso, ha decidido actuar en consecuencia.

El padre Josep Santacana era uno de los miembros de la Casa de Santiago, un instituto eclesiástico para fomentar las vocaciones sacerdotales tardías, fundado en 1966, y que acabó convirtiéndose en una secta en que se produjeron diferentes casos de abusos sexuales.

Santacana no podrá ejercer en Barcelona, pero él se incardinó como sacerdote en Taiwán. Por eso, el arzobispado enviará el informe que ha realizado a la diócesis asiática y también a la Conferencia Episcopal Tarraconense, para que puedan actuar y evitar, si así lo consideran, que el religioso pueda ejercer en otras parroquias fuera de Barcelona. Una de las peticiones que la persona afectada hizo al Servicio de Atención a las Víctimas fue que el sacerdote no pudiera ejercer en la diócesis barcelonesa, una decisión que finalmente se ha podido sacar adelante.

El caso de Santacana, como el del resto de sacerdotes implicados en el escándalo de la Casa de Santiago, se produjo durante la década de los 80 y se silenció durante más de tres décadas, a pesar de haberse investigado internamente por parte de un fiscal eclesiástico. Fuentes diocesanas señalan al diario que el motivo por el cual no se pudo actuar entonces es que Santacana era laico, llevaba un grupo de confirmación y se estaba preparando para hacerse sacerdote.

El código canónico de aquella época no prefijaba ninguna medida contra los miembros de la Iglesia laicos que fueran denunciados por abusos sexuales. Cuando el caso estalló por las quejas de una familia, simplemente se le echó de la parroquia de Santa Coloma de Gramenet donde colaboraba y pudo rehacer su vida, primero estudiando en Salamanca y después haciéndose sacerdote en Taiwán, donde residió hasta hace muy poco, cuando decidió volver a Cataluña.

Santacana fundó la caseta de Sant Francesc y Santa Clara, donde explicaba a los jóvenes que los padres eran los malos y hubo relaciones sexuales entre los miembros del grupo. Pasó con chicos y chicas que estaban bajo la influencia de un Santacana que era "maestro y guía”. 

Otra de las víctimas, un hombre que entonces no lo vivió como un abuso, explica que tuvo relaciones sexuales con Santacana cuando era menor de edad. 

A pesar de que solo aparece una denunciante, el caso de Santacana estaba en el informe del fiscal eclesiástico y, además, una mujer lo denunció personalmente al arzobispado. En 2016 se remitió toda la documentación a Roma, pero Santacana pudo volver de Taiwán, donde se había marchado en 1991, para instalarse nuevamente en Barcelona.

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