Unos 2.000 árboles murieron en Barcelona como consecuencia de la sequía durante la fase de excepcionalidad, 1.500 más del total de los que fallecieron en 2023. Así lo ha explicado este martes la teniente de alcaldía de Urbanismo del Ayuntamiento, Laia Bonet, en la comisión de Urbanismo. El gobierno municipal asegura que ninguno de los árboles fallecidos estaba catalogado.
El ejecutivo de Jaume Collboni ha avanzado que, siempre que la sequía lo permita, Parcs i Jardins empezará en octubre a trabajar en la recuperación del verde. Uno de los pilares de este plan será replantar 7.500 árboles y palmeras entre otoño de este año y diciembre de 2025.
Asimismo, el consistorio tiene previsto reponer el resto de la vegetación entre octubre de 2024 y abril de 2026. En este caso se tratará de flores, arbustos y resiembra de césped.
También, a partir de octubre, llevarán a cabo la planificación para la recuperación del arbolado calle a calle. Además, Bonet ha asegurado que la intención del Ayuntamiento es incrementar el número de hectáreas de verde en la capital catalana.
Bonet ha explicado también que los espacios verdes de la ciudad han consumido en los últimos dos años y medio 971.000 metros cúbicos de agua freática, el 38% del total. El pasado febrero, el gobierno municipal anunció una inversión de 14 millones de euros en mejoras de la red freática, lo que permitirá regar más parques y espacios verdes de la ciudad, ha dicho Bonet en la comisión de Urbanismo. Otras inversiones previstas son otros 14 millones para renovar la red de riego.
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