Un centro de transformación eléctrica de Endesa ha ardido este lunes en la calle Gaviota, situada en el barrio de Los Pajaritos, el segundo con menor renta neta media anual por persona de toda España. El incendio se ha producido, según la compañía eléctrica, por "sobrecarga" derivada de las acometidas ilegales a la red, relacionadas a su vez con los cultivos de marihuana dentro de viviendas, mientras colectivos sociales achacan el problema a un supuesto déficit de inversión en barrios desfavorecidos como este por parte de la empresa.
En concreto, y según el servicio unificado de emergencias 112, sobre las 21.20 horas de este pasado lunes hasta nueve personas avisaron vía telefónica de que veían "humo y chispazos" en dicha instalación, que según Endesa, "ha quedado totalmente inutilizada" como consecuencia de la "sobrecarga de la red derivada de los enganches ilegales de gran consumo", práctica que "supone un grave riesgo para la seguridad".
Es el segundo centro de transformación que sale ardiendo en menos de 24 horas. El primero tuvo lugar en la calle Mago de Oz del Polígono Sur, el barrio más pobre de España. En un comunicado, ha detallado que esta incidencia tuvo lugar a medianoche, "momento en el que el consumo doméstico desciende a mínimos por inactividad en un entorno residencial y únicamente se mantiene activo el consumo fraudulento de plantaciones de marihuana, que demandan 24 horas al día".
Cabe recordar que la auditoría externa, encargada por la Junta de Andalucía para conocer las causas de los continuos fallos de suministro eléctrico que desde hace años padecen barrios desfavorecidos de Sevilla, atribuyó las incidencias a las acometidas ilegales, puesto que los 56 centros de transformación analizados, de los 437 existentes en la ciudad, disponen de potencia y capacidad suficiente para atender la potencia contratada en estas zonas, marcadas por situaciones de carestía social e incluso de delincuencia.
Diferentes colectivos sociales de tales ámbitos, de su lado, vienen avisando de la situación de los clientes de Endesa de estos barrios que tienen su contrato en vigor y abonan sus facturas, sufriendo de todos modos estas interrupciones en el suministro, tal y como pudo comprobar este medio en verano del año pasado.
En el caso de este centro de transformación de Los Pajaritos, "contaba con una potencia instalada muy superior a la contratada", según Endesa, que aegura estar trabajando para reponer el suministro a los "850 clientes con contrato en vigor", reponiendo los dos transformadores calcinados por otros dos de 1.000 kVA cada uno, con capacidad suficiente para más de 1.400 clientes.
Ante las advertencias de supuesta falta de inversiones en los equipamientos de estos barrios, Endesa esgrime que en enero instaló nuevos cuadros de baja tensión "telemandados que permiten maniobrar sobre la instalación de baja tensión a distancia; con lo que "ante cualquier sobrecarga de la red, cuando las protecciones (fusibles) del cuadro de baja tensión saltan por seguridad se pueden volver a activar de forma remota, reduciendo de este modo el tiempo de reposición del suministro y garantizando la seguridad de los trabajadores de Endesa".
Especialmente, la empresa avisa de que "el fraude eléctrico conlleva problemas muy graves de seguridad, tanto de las personas que manipulan las instalaciones y de las que fortuitamente pueden tener acceso a ellas, que pueden sufrir electrocuciones, como de las propias instalaciones que pueden sobrecalentarse".
Finalmente, Endesa expone que los "excesos de demanda" detectados en la mencionada auditoría externa en barrios marcados por situaciones de exclusión social "están originados por plantaciones de marihuana que introducen consumos casi industriales en zonas residenciales, pues una plantación de marihuana 'indoor' consume como 80 viviendas de 100 metros cuadrados; cuya red de distribución no está diseñada para este fin, lo que genera sobrecargas fraudulentas.
Por este mismo motivo, en los últimos cuatro años se han incendiado 17 centros de transformación en las zonas de Sevilla más afectadas por el fraude, lo que supone "un grave riesgo para la seguridad de las instalaciones y de las personas que conviven en estos entornos", han subrayado desde la compañía eléctrica.
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