Padres en 10 meses de relación: el mayor desafío para el amor entre Alejandra Rubio y Carlo Costanzia

Aunque hay una serie de etapas más socialmente aceptadas en lo que a las relaciones de pareja se refiere (conocerse, empezar la relación, convivir y formar una familia), lo cierto es que el cambio de orden no tiene por qué suponer un impedimento, algo que pronto van a comprobar Alejandra Rubio y Carlo Costanzia.

Los tiempos de su relación puede que pillaran por sorpresa tanto a ellos mismos como a sus madres, Terelu Campos y Mar Flores, que se convertirán en abuelas en diciembre, ya que su historia de amor apenas tiene unos meses de recorrido.

A raíz de una intervención televisiva de Alejandra en la que hablaba de quien sería el padre de su bebé, ambos empezaron a conocerse -como muchas parejas en la actualidad como por ejemplo Álvaro Morata y Alice Campello-, a través del 'cupido' digital que son las redes sociales.

Fue en febrero de 2024 cuando Carlo empezó a escribir a la colaboradora televisiva y, poco a poco, la química entre ellos pasó al terreno offline. Las conversaciones por mensaje privado derivaron, a los pocos días, en una cita en persona donde confirmaron la atracción que sentían el uno por el otro.

Y aunque en esos momentos, poder disfrutar de las emociones en la intimidad, es lo ideal para poder conocerse sin ningún tipo de presión externa, fue algo de lo que no pudieron disfrutar al ser captados por los paparazzis en aquellos encuentros.

A Alejandra y Carlo estar en el foco mediático les ha acompañado desde los comienzos de su historia de amor, ya que su primer beso saltó a los medios. Y si bien eso es algo que puede llegar a jugar un papel clave en una relación -e incluso llegar a romperla-, en su caso no afectó de manera negativa.

Lo que sí se convertiría en todo un giro de guion en su romance sería la noticia del temprano embarazo, a los pocos meses de empezar a salir. La colaboradora televisiva y el actor de Toy Boy se convertirán en padres cuando cumplan unos diez meses de relación.

Independientemente de lo claro que tienen ambos que quieren ser una familia (tal y como han comentado en entrevistas), dejando entrever su ilusión por la nueva etapa en sus vidas, esto puede suponer un desafío como pareja.

Su fase de noviazgo, la primera de cualquier relación, no va a ser al uso. Por lo general, en esta etapa la pasión y la atracción física hacen que sea un momento en el que el enamoramiento vive todo su esplendor y sirve de caldo de cultivo para la posterior relación.

En el caso de ellos, esa etapa, más despreocupada que las siguientes porque no hay que tomar decisiones ni asumir responsabilidades que aumenten el compromiso, sino simplemente dejarse llevar por el subidón hormonal, las primeras veces y los intercambios gratificantes, sería distinta respecto a otras relaciones.

Ante el embarazo, se acortaría significativamente, lo que significa que la construcción de la intimidad va a darse de una manera más rápida de lo habitual y que se vería empapada de conversaciones y planteamientos a largo plazo sobre su dinámica familiar.

Paternidad exprés y sus consecuencias

Conocerse mutuamente, algo en lo que estarían inmersos los hijos de Terelu Campos y Mar Flores, no se limitaría solo al plano de pareja, sino que se extendería a su nueva faceta como padres primerizos.

Algo que si bien no ahora mismo, puede pasar factura cuando más adelante surjan los primeros conflictos por posibles desencuentros (algo que afecta a todas las parejas sean o no conocidas públicamente).

El reto actual de Alejandra y Carlo sería trabajar a la velocidad de la luz en sus habilidades comunicativas para que lleguen a buen puerto los acuerdos, es decir, que sus diálogos para negociar sean una base fuerte para la convivencia que van a tener por delante, con bebé incluido.

Esto puede traducirse, además de los nervios por lo desconocido del cambio en sus vidas que se avecina, en una presión aún mayor para su relación.

La buena noticia es que la viabilidad de su historia no tiene por qué comprometerse si ambos ponen de su parte y encuentran la manera de ir avanzando en su relación mientras se preparan para la vida familiar.

Además, tienen la suerte de que sus madres han expresado su apoyo y contar con una red en la que sostenerse cuando llega un nuevo miembro a la familia es un factor clave de cara al bienestar de los futuros padres.

Pero sí que sería recomendable que exprimieron todo lo posible los meses de noviazgo a solas que les quedan por delante -algo que han puesto en práctica con su escapada a Ibiza-, para que vayan asentando, en la medida de lo posible, el patrón mental de su vínculo: lo que quieren de la otra persona, lo que están dispuestos a dar, su concepto de relación…

Construyendo y cuidando ese afecto, a Carlo y Alejandra no les faltará motivación para actuar en situaciones de desacuerdo.

Y es que, por muy a contrarreloj que haya sido su historia de amor, ambos tienen claro que, desde que supieron que iban a ser padres, su prioridad va a ser su pequeño o pequeña, lo que supone un frente de unión que ayuda a la hora de adoptar una posición de cooperación.