En vísperas de que Pedro Sánchez anunciara su plan antibulos, el PP se apresuraba a vaticinar sus carencias. "No habrá medidas de control al Ejecutivo ni a los altos cargos, pero sí palos a la rueda para la acción de la Justicia y de la prensa. Sánchez nos quiere traer un plan que consolide su política de normalización de la corrupción y la impunidad". Una vez que el presidente expuso este miércoles las líneas de su plan —en las que sí dice que quiere más transparencia gubernamental—, los populares se ratificaron en su pronóstico. Además de censurar un contenido real, vieron el plan de Sánchez como una "milonga" que ofrece medidas que ya se habían aprobado en Europa y con el que busca distraer la atención de los posibles casos de corrupción de su entorno.

Ante ello, los de Alberto Núñez Feijóo centraron todo su discurso a relatar las investigaciones abiertas contra el entorno y el Gobierno de Sánchez. Tal era su objetivo que no emplearon ni un minuto de la réplica en responder a las acusaciones que le vertió Sánchez a Feijóo sobre su reciente ruptura con Vox. Como en ocasiones anteriores, en Génova recuerdan que "el PP hace oposición al PSOE mientras que Vox se la hace al PP".

El plan con el que Sánchez prometía acabar con las noticias falsas dejó prácticamente indiferente a la oposición. Fuentes del PP ponían el acento en dos medidas que, en su opinión, brillaban por su hipocresía. Primero, el anuncio del reparto de 100 millones de euros provenientes de los fondos europeos para la digitalización de los medios de comunicación justo "el mismo día en el que Sánchez quiere reforzar su independencia", opina el PP. 

Y en segundo lugar, hacer obligatorio incorporar los microdatos y la metodología de estimación de resultados a todas las encuestas electorales publicadas lo que, a ojos del PP, es "obligar a las encuestadoras privadas a que hagan las cosas como Sánchez considere", precisamente con la encuesta pública del CIS en cuestión.

Sin embargo, la principal crítica fue precisamente la ausencia de medidas concretas y sobre todo la apuesta de Sánchez por implementar el nuevo Reglamento Europeo de Libertad de Medios de Comunicación que aprobaron todos los grupos del Parlamento Europeo —excepto Vox— el pasado mes de marzo. De ahí que el PP de Feijóo no se oponga a un reglamento cuya aplicación es inmediato gracias, en parte, a sus apoyos.

En todo caso, la dirección nacional quiso evitar en todo momento profundizar en las medidas para no caer en la 'trampa' de Sánchez. Y es que, según los populares, el objetivo del socialista era distraer la atención de los presuntos casos de corrupción de su entorno. "La única razón por la que está teniendo lugar este debate es porque la mujer del presidente del Gobierno está siendo investigada en un juzgado por presuntos delitos de corrupción y tráfico de influencias; su hermano está en sede judicial por cinco presuntos delitos; su Gobierno y su partido están siendo investigado por mordidas y varios tipos de prebendas con cargos a fondos públicos en tres instancias diferentes y porque su fiscal general del Estado está siendo investigado por revelación de secretos". 

A lo que después, en su turno de réplica, el líder popular añadía una información de última hora sobre la mujer de Sánchez: "La Universidad Complutense pide investigar a su mujer por apropiación indebida. Váyase a su despacho y redacte la tercera y definitiva carta". Con todo ello, los populares insistirán en que la agenda de la semana comenzó con la declaración del empresario Barrabés sobre sus reuniones en Moncloa con Begoña Gómez y Pedro Sánchez y acabarán con la declaración judicial de la mujer de Sánchez por presunta corrupción y tráfico de influencias. "Ustedes están nerviosos porque es miércoles y quedan dos días para ser viernes de esta semana [cuando declara Gómez]", culminó el líder del PP.