Carmelo Encinas Columnista de '20minutos'
OPINIÓN

La oreja de Trump

Milwaukee (Estados Unidos), 16/07/2024.- El candidato presidencial republicano y expresidente Donald J. Trump escucha discursos en la jornada inaugural de la Convención Nacional Republicana (RNC) en el Fiserv Forum de Milwaukee, Wisconsin, EE.UU.. La convención se celebra apenas unos días después de que un hombre de 20 años de Pensilvania intentara asesinar al expresidente y actual candidato presidencial republicano Donald Trump. EFE/ Allison Dinner
El candidato presidencial republicano y expresidente Donald J. Trump escucha discursos en la jornada inaugural de la Convención Nacional Republicana (RNC)
Agencia EFE | Allison Dinner
Milwaukee (Estados Unidos), 16/07/2024.- El candidato presidencial republicano y expresidente Donald J. Trump escucha discursos en la jornada inaugural de la Convención Nacional Republicana (RNC) en el Fiserv Forum de Milwaukee, Wisconsin, EE.UU.. La convención se celebra apenas unos días después de que un hombre de 20 años de Pensilvania intentara asesinar al expresidente y actual candidato presidencial republicano Donald Trump. EFE/ Allison Dinner

Donald Trump ha sido recibido como un héroe por los 50.000 republicanos eufóricos que asistieron ayer al cierre de la convención nacional republicana de Milwaukee. Fue el último y definitivo acto de aceptación de su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos tras la propuesta de su partido el pasado lunes. En los cinco días transcurridos desde que el joven Thomas Matthew Crooks le disparara apostado en el tejado de un granero próximo al lugar donde tenía lugar el mitin de Trump en Butler (Pensilvania) el candidato republicano ha presentado el episodio como una hazaña personal con la complicidad de Dios. Su oreja herida es desde entonces el principal impulsor de la campaña, un elemento potenciador de sus expectativas electorales con el que nadie contaba. No digo yo que su equipo de campaña haya celebrado semejante episodio que le costó la vida a un espectador –del que por desgracia ya solo se acuerdan sus allegados–, pero saben que el intento fallido de asesinato le pone las cosas aún mas fáciles a su patrocinado en la carrera a la Casa Blanca.

Objetivamente en esas circunstancias sobrevivir a un atentado no tiene mérito alguno. Solo la mala puntería de Crooks libró de una muerte segura a Trump que en realidad no hizo otra cosa que tirarse al suelo en cuanto sintió el escozor caliente de la bala en la parte superior de su oreja derecha. Un solo centímetro que hubiera corregido el tiro el agresor y estaríamos hablando ahora de otro escenario político muy diferente en Estados Unidos y, de alguna forma, en el resto del mundo. Lo que tuvo Trump fue suerte, mucha suerte, porque el tirador pudo realizar hasta ocho disparos de fusil y desde una distancia relativamente corta sin que los servicios de seguridad del expresidente reaccionaran hasta ver la sangre en la oreja de su protegido. 

No hubo heroicidad alguna en la reacción del expresidente, el mundo entero vio cómo se incorporaba descompuesto y desmelenado igual que cualquier mortal en similares circunstancias. Solo minutos después, cuando ya se sintió a salvo y rodeado por un enjambre de agentes de seguridad que le sacaban de la escena casi en volandas, alzó el puño en señal de victoria, el gesto triunfal por haber salvado el pellejo. Ese puño en alto fue a partir de ese instante la foto icónica de una campaña electoral que ya de antemano tenía bastante a favor de no producirse un relevo en la candidatura demócrata muy tocada por los despistes de un Biden, ahora encima con covid, cada día mas solitario y presionado para que renuncie.

Solo un vector adverso contraviene los intereses de los republicanos tras el intento magnicida. Lo ocurrido pone de nuevo en el centro del debate nacional la controversia sobre el uso libérrimo de las armas de fuego del que Donald Trump es un defensor a ultranza. El fusil AR-15 que empleó Crooks para atentar contra su persona es un arma semiautomática de gran precisión que fue diseñada inicialmente para uso militar. Es el rifle precursor del popular M-16 que emplea de forma estándar el Ejército norteamericano. Un arma poderosa a la que el joven Crooks de 20 años no tuvo el menor problema en acceder con la munición que la alimenta. 

La personalidad del agresor y las motivaciones que le indujeron a subirse a un tejado y disparar a Trump, aun sabiendo que sería abatido por los francotiradores que cubrían el mitin, están aun por aclarar pero no gustó al equipo del expresidente el que estuviera afiliado al partido republicano. Para sus intereses habría sido perfecto que se tratara de un militante demócrata o un activista de izquierdas. A esa oreja herida le sacarían más provecho aún.

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