Con el anuncio de Joe Biden de renunciar a la reelección en las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre, todas las miradas se centran en la vicepresidenta, Kamala Harris, para que sea su sucesora como candidata del Partido Demócrata y se enfrente al republicano Donald Trump en los comicios.
El propio Biden ha sido el primero en designarla como su sucesora: "Hoy quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año", ha dicho.
Pero pese a este apoyo de Biden, no es definitivo que Harris asuma sin más el puesto del anciano presidente, ya que hay voces internas en el Partido Demócrata que piden un proceso de primarias para elegir, eso sí, a contrarreloj, al candidato que se las vea con Trump en poco más de tres meses.
En cualquier caso, Harris es la favorita, entre otros motivos porque puede acceder a los fondos recaudados por Biden hasta ahora (al contrario que cualquier otro aspirante), y porque su cargo de vicepresidenta la ha mantenido en la escena pública todo este tiempo.
Kamala Harris, que pocos días antes de las elecciones cumple 60 años, es de origen afro-jamaicano por parte de padre, mientras que su madre era una bióloga nacida en la India que emigró a Estados Unidos a finales de los años 50.
Harris fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en la Cámara Alta del Congreso estadounidense en 2016, y se granjeó una fama de ser especialmente dura tanto desde la bancada de la Fiscalía hasta en sus intervenciones inquisitivas en las audiencias del Senado.
Graduada en ciencias políticas y economía en Howard University, una de las universidades afroamericanas por excelencia, se especializó en la lucha contra el crimen y fue elegida en 2003 como fiscal general de California en segunda vuelta, cargo para el que fue reelegida en 2007 con el 98% de los votos.
En cambio, tras tres años y medio junto a Biden, parece que su figura se ha opacado un tanto. Si en 2020 fue elegida para movilizar al electorado mujer, feminista y afroamericano, su popularidad no ha aumentado este tiempo.
"Ha estado completamente desaparecida. Ni tiene popularidad ni es un referente para la política americana", dice Eduardo Puig de la Bellacasa, responsable del Área Internacional en América de CEU-CEFAS.
"La gestión durante estos años de Kamala Harris no ha sido muy brillante", afirma Puig, que reconoce que aunque no le han dado espacio, tampoco ha sabido responder positivamente a las responsabilidades que tenía. "Ocupándose de los temas de migración con Centroamérica creo que ha ido una vez a esta zona", añade, apuntando este hecho como uno de los que han podido mellar la confianza del partido en su figura.
En cualquier caso, en los primeros minutos tras el anuncio de la renuncia de Biden, el Partido Demócrata ha cerrado filas con Harris.
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