La CNMC pide acabar con el monopolio de Ecovidrio y Ecoembes en pleno debate sobre el método de recogida de residuos plásticos

Contenedores de reciclaje en Barcelona: papel, vidrio y plástico
Contenedores para distintos residuos.
EUROPA PRESS
Contenedores de reciclaje en Barcelona: papel, vidrio y plástico

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pide romper el "monopolio" de la recogida del vidrio y del plástico que tienen en España Ecovidrio y Ecoembes y facilitar la entrada de otras empresas que, como ocurre en otros países europeos, han contribuido a mejorar las cifras de recogida y rebajar los costes por ello. Esta petición se produce justo en un momento en el que el Ministerio de Transición Ecológica tiene ante sí decidir si refuerza la retirada de plásticos de un solo uso de los contendores amarillos con un sistema de depósito, devolución y retorno.

La reclamación para "reducir las barreras de entrada" que afrontan empresas que quieren competir con Ecovidrio y Ecoembes es una de las conclusiones del estudio que lanzó el regulador en febrero de 2022, cuando ya constaba que estas dos empresas son las únicas que cumplen con esta función en España, sin competir entre sí porque se encargan de residuos distintos, el vidrio en el primer caso y el plástico, el papel y el cartón en el segundo.

Tal y como recuerda el informe final difundido este lunes, sus ingresos provienen de los acuerdos que firman con comunidades, ayuntamientos y demás entidades locales mediante convenios para la recogida de estos residuos y de las contribuciones de sus asociados, las empresas productoras de los mismos, que con estas aportaciones cumplen con el principio de que 'quien contamina paga'. Ecovidrio como Ecoembes son lo que se denomina Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAPs), entidades sin ánimo de lucro constituidas por los fabricantes de estos residuos sobre los que recae la obligación de la Ley de Residuos de costear su retirada.

"La gestión de residuos de envases tiene gran relevancia tanto por su peso económico como, particularmente, por su gran impacto sobre la sostenibilidad medioambiental y la transición ecológica. Por ello, resulta esencial que esta actividad se realice en un entorno competitivo y que favorezca un funcionamiento del sector eficiente, eficaz e innovador", explicaba la CNMC hace dos años. 

Ahora, considera que, como ocurre en Alemania, Francia o Italia, en España deberían existir más SCRAPs que, de igual manera, pudieran llegar a acuerdos con las administraciones, sobre todo con los ayuntamientos, sobre el volumen de residuos a recoger a lo largo del año por un importe determinado, lo que a ojos de los ciudadanos se traduce en los contenedores verdes y amarillos.

Eliminar barreras a otras empresas

"Eliminar barreras a la autorización de SCRAPs", dice la CNMC como primera conclusión en la que pide simplificar los procesos administrativos, con una información que "puede resultar difícil de obtener para un entrante y construir una barrera de entrada". También, "valorar" la pertinencia del silencio administrativo que existe hoy para dar con él rechazada las solicitudes de autorización para operar de empresas que pasarían a competir con Ecoembes y Ecovidrio, y que se "justifiquen" las "especificidades territoriales" en los contratos, que para la CNMC también suponen una dificultad añadida.

Por otra parte y también como hacen otros países europeos, la CNMC pide que se elimine la prohibición de que un mismo productor, por ejemplo, de botellas de cristal, o una gran superficie que comercializa botellas de plástico no pueda formar parte de varias SCRAPs y también de que, una vez que existan varias de estas empresas en el mercado español, se "flexibilice" la posibilidad de cambiar de una a otras "para dinamizar la competencia", de modo que un productor tenga hasta el último trimestre de cada año para decidir a quién encomienda la tarea de recogida. 

Otra de las peticiones que hace la CNMC es "fomentar la transparencia, con medidas que mejoren la trazabilidad y la detección del fraude", justo en un momento en el que en concreto Ecoembes está siendo cuestionada por las organizaciones ecologistas Greenpeace, Ecologistas en Acción y Retorna, porque sus cifras de recogida de botellas de plástico o de latas son superiores a las que ha certificado para ellos una investigación realizada por la consultora europea Eunomia. 

La CNMC ha realizado su estudio en base a las cifras de recogida de  proporcionan Ecoembes y Ecovidrio, según las cuales en  2022 se recogieron 2.639.850 toneladas de residuos de envases, de las cuales 1.627.314 toneladas (61,6%) corresponden a materiales gestionados por Ecoembes y 1.012.536 (38,4%) a vidrio. El informe no se pronuncia sobre si estos datos representan o no la realidad. Lo que sí indica es que la experiencia internacional dice que la llegada de más competidores en la recogida de envases de cristal y de plástico "ha contribuido a aumentar las tasas de reciclaje" y a "contener los costes del sistema". 

De la tasa de recogida depende, precisamente, que en España se mantenga el actual sistema, en el que los productores o grandes comercializadores de plástico de un solo uso se responsabilicen del coste de su recogida, a través de los contenedores amarillos de Ecoembes, o que se instaure un sistema de depósito, devolución y retorno, que subirá en torno a un 10% el precio de los envases, un coste extra que, a modo de fianza, será devuelta al consumidor cuando lo deposite en lugares que deben poner a disposición los fabricantes. Es un sistema similar al que existió hace décadas con los envases de vidrio, que las organizaciones ecologistas reclaman para que España cumpla con los objetivos europeos de recogida de envases y a los que, según denuncian, Ecoembes no llega, a pesar de que sus cifras "falseadas" digan lo contrario. La decisión la tomará el Ministerio de Transición Ecológica a partir de octubre y su titular, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, parece inclinarse por hacerlo.

Clara Pinar
Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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