Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

Enfrentando vientos de cambio

El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, y el candidato republicano a la vicepresidencia, el senador republicano por Ohio JD Vance, observan con sus familias la caída de los globos durante el último día de la Convención Nacional Republicana, el jueves 18 de julio de 2024, en Milwaukee.
El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, y su número 2 JD Vance, en la Convención Nacional Republicana.
Jae C. Hong / LA PRESSE
El candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, y el candidato republicano a la vicepresidencia, el senador republicano por Ohio JD Vance, observan con sus familias la caída de los globos durante el último día de la Convención Nacional Republicana, el jueves 18 de julio de 2024, en Milwaukee.

Los últimos días de la pasada semana han estado plagados de acciones que tendrán seguramente consecuencias, a corto plazo unas, y a medio todas; el largo plazo no es prudente tratarlo en tiempos de volatilidad geopolítica como los actuales. Me refiero, en primer lugar, al ataque hutí sobre Tel Aviv empleando un dron de un solo uso que puso de manifiesto una vulnerabilidad de la compleja defensa aérea israelí y produjo la pérdida de una vida y varios heridos además de daños materiales. La respuesta israelí no se hizo esperar y desencadenó un ataque aéreo sobre el puerto de Hudaydah en el que causó un número indeterminado de bajas civiles y destruyó gran parte de su infraestructura. 

La inteligencia israelí estima que el 70% de las mercancías que entran en el puerto de Hudaydah llegan a los hutíes y que, después de la acción, el conjunto portuario ha quedado fuera de servicio. Es la primera vez que Israel actúa directamente sobre Yemen y lo justifica por la escalada que supone, a su parecer, atentar contra ciudadanos israelíes en sus ciudades. La respuesta hutí ha sido anunciar una escalada del conflicto entrando en lo que denominan 'quinta fase', que supone actuar contra las ciudades, infraestructuras e intereses israelíes donde y cuando quiera que surja la oportunidad. En resumen, la escalada es posible y, por tanto, cada vez es más probable que el conflicto se extienda más allá de Gaza.

El otro acontecimiento ha sido la retirada del presidente Biden de la carrera por su reelección a la presidencia de los Estados Unidos en las próximas elecciones del 5 de noviembre. Ha propuesto como candidata a su actual vicepresidenta Kamala Harris, pero este extremo tendrá que hacerse firme en la próxima convención demócrata que se celebrará entre el 19 y el 22 de agosto. De esa convención saldrán nominados los candidatos a presidente y vicepresidente. 

Entretanto, el candidato republicano Trump se muestra confiado en su triunfo, máxime después del fallido atentado que sufrió en Pensilvania, y ha elegido como candidato a vicepresidente a James David Vance, una persona joven -cumple 40 años el próximo 2 de agosto- de perfil duro, exmarine, modelo de self made man (hombre hecho a sí mismo). Esta elección constituye toda una declaración de intenciones sobre el futuro que busca el partido republicano.

A pesar de la incógnita que supone anticipar la actitud de Trump si sale elegido presidente, hay algunos trazos generales que sí se pueden considerar. Afirma que va a acabar con el conflicto de Ucrania sentando a Moscú y Kiev en una mesa de negociación; Ucrania ya ha tomado nota y comienza a variar, siquiera ligeramente, su discurso de enfrentamiento a ultranza. Europa no entra dentro de las prioridades de Trump, así que es posible que haya un replanteo de algunas decisiones OTAN sobre su nueva estructura de mandos y fuerzas, el posible despliegue de fuerzas estadounidenses en el continente y, sobre todo, el gasto en defensa en porcentaje de PIB y en la contribución a los gastos comunes de la OTAN. 

Es muy beligerante con la República Popular China, a la vez que exige a Taiwán que incremente sus gastos de defensa pagando más por la ayuda que le proporciona Estados Unidos. Es un firme defensor de la causa israelí, así que es de esperar mayor implicación y más directa. Es un declarado adversario de Irán, a quien es muy probable que someta a mayor presión tanto por su programa nuclear como por su apoyo a los movimientos terroristas en oriente medio. Por último, es un ferviente defensor de una política antiinmigración más agresiva, lo que elevará la tensión con México y con los países de tránsito de América Central.

La diversidad de frentes que supondría y, sobre todo, el impacto sobre el escenario geopolítico mundial, hace que todas las cancillerías comiencen a diseñar planes de contingencia para hacer frente a uno, varios o todos los escenarios que se deducen del impacto de una segunda presidencia de Trump.

El caso de Ucrania puede ser el más delicado de resolver, pero es evidente que la dependencia del apoyo de Estados Unidos es crítica y de alterarse ésta, se abriría un nuevo escenario en el que Europa tendría un papel muy complejo, y no sé si la capacidad y determinación de sostener a Ucrania a largo plazo en solitario.

La combinación del apoyo más decidido a Israel con el incremento de la presión a Irán puede acabar desembocando en un conflicto regional de proporciones difíciles de imaginar. Estaríamos ante un escenario de potencial crecimiento y extensión tanto a África como a Asia.

El incremento de tensión con China podría suponer un desequilibrio en el esfuerzo americano en Europa además de una 'petición' de toma de posiciones más asertiva y exigente a los socios europeos de la Alianza Atlántica. Europa podría entrar en una crisis que sería dura y compleja, y que afectaría a la economía, a la seguridad y a las relaciones internacionales. O hay más Europa, más sólida, unificada y determinada, o no habrá una Europa referente y equilibrio de una situación que antes o después nos impactará a todos y en la que habrá que elegir ser testigo del problema o parte de la solución. La experiencia nos enseña que es mejor poder opinar que solo asentir. También nos enseña a buscar buenos compañeros europeos de viaje, no 'gorrones' que se bajan del barco cuando hay que remar con mala mar o en contra de su rumbo.

La presión migratoria, el incontrolable tráfico de drogas y la guerra comercial que se avecina van a generar una situación de crisis en Estados Unidos con un potencial de extensión global que no presagia nada bueno. La desglobalización parcial que pretende Trump va a tener serios perdedores que serán los más pobres y menos capaces de diversificar sus fuentes de ingresos. El mundo no parece que vaya a ser más seguro si se aplican esos pretendidos remedios fáciles, directos y muy populares que, a la postre, resultan imposibles de materializar de manera estable.

Hay que luchar para que los vientos de cambio no se conviertan en tempestades impredecibles.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento