Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Estados Unidos, ahora empieza la carrera

Kamala Harris abraza a Joe Biden durante un acto de campaña, el pasado abril.
Kamala Harris abraza a Joe Biden durante un acto de campaña, el pasado abril.
EFE
Kamala Harris abraza a Joe Biden durante un acto de campaña, el pasado abril.

Pese a que la noticia sorprendió a muchos, el adiós de Joe Biden era "forzado e inevitable", resumió este lunes en su fogonazo Encarna Samitier. La continuidad del candidato demócrata era insostenible tras evidenciarse, en un debate televisivo, su deterioro cognitivo del que había claras muestras desde hacía tiempo. El Biden que ganó en 2020 se expresaba con una fuerza y claridad de las que hoy carece por completo. 

Tanto en la guerra como en la política, una retirada a tiempo es siempre una victoria y, en este caso, ha logrado salvar su honor ya que la derrota frente a un renacido Donald Trump era segura. La debilidad del presidente amenazaba además con arrastrar al Partido Demócrata a un suicidio en la renovación de la Cámara de Representantes y del Senado. Lo sorprendente es que su entorno familiar y personal no le hubiera hecho reconsiderar mucho antes la conveniencia de ese paso atrás que finalmente ha tenido que anunciar ante las enormes y crecientes presiones que le instaban a hacerlo por el bien de su país.

La elección del 5 noviembre volverá a ser determinante para la democracia, ya que quien alentó el primer golpe de Estado en Estados Unidos no solo no ha sido inhabilitado por el Supremo sino que ha logrado retrasar las otras causas judiciales que podían descabalgarlo. En otro momento de la vida americana, donde importaba la honorabilidad de los candidatos y no se permitía que fuesen personas zafias, Trump ya no existiría políticamente, mientras que ahora lo increíble es que haya logrado transformar por completo al Partido Republicano en una fuerza reaccionaria. 

En 2016, tuvo que admitir como candidato a vicepresidente a Mike Pence, un conservador clásico, que en enero de 2021 ejerció en conciencia su papel constitucional y denunció la falsedad de la teoría del fraude electoral de los asaltantes del Capitolio. Esta vez, el giro ultraderechista de los republicanos es escalofriante ya que quien acompaña a Trump es aún más radical que él. Se trata del joven senador James David Vance, cuya ideología belicista y de tintes racistas aspira al colapso de la democracia representativa para que sean las grandes compañías y sus altos directivos los que dirijan el país. En caso de victoria, sería su heredero.

El anuncio de Biden hace inevitable la elección de la vicepresidenta Kamala Harris como candidata. A un mes de la convención del partido, los demócratas no tienen margen para entretenerse en una lucha interna y necesitan para la campaña de la financiación que ella ha logrado. La victoria sobre Trump es un imperativo ético para todos los norteamericanos que quieran conservar un régimen de libertades. Desde Europa, esas elecciones las viviremos como propias, pues nuestro futuro también se decide en los Estados Unidos.

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