Abren un expediente a la empresa incendiada de Polinyà para determinar su responsabilidad en el vertido tóxico del Besòs

Peces muertos en el río Besòs.
Peces muertos en el río Besòs.
ACN
Peces muertos en el río Besòs.

La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha abierto un expediente informativo a la empresa de Polinyà (Vallès Occidental) que se incendió el pasado viernes de madrugada. Las naves alojaban productos químicos que con los trabajos de extinción de los Bomberos terminaron en el río Besòs, provocando la muerte de más de mil peces y el cierre del Parque Fluvial, en Santa Coloma de Gramenet, que finalmente se ha podido reabrir este lunes por la mañana. 

Del mismo modo, la agencia ha anunciado que llevará a cabo un programa de seguimiento para comprobar y restituir la calidad del agua en el río, después de las tareas preventivas y de contención del producto con el que trataba la industria siniestrada para reducir el impacto en el entorno.

La ACA, en coordinación con el Consorcio Besòs Tordera (CBT), los Agentes Rurales y los Bomberos, ha llevado a cabo diferentes actuaciones a raíz del incendio del viernes en Polinyà en varias naves industriales de una misma empresa encargada del almacenamiento y distribución de productos químicos. En los próximos días, la agencia dispondrá de los resultados de los controles efectuados, concretamente cuatro muestreos en tres días. También aplicará un Programa de seguimiento específico para analizar la evolución de la calidad y ver el posible impacto del vertido en cuanto a calidad del agua y en la vida de los peces y macroinvertebrados.

El agua utilizada para extinguir el incendio fue a parar tanto a la red de alcantarillado como a un depósito de retención de agua de la misma empresa. A raíz de la cantidad de agua utilizada, además de vaciar el depósito con siete camiones cisterna para poder retener el máximo de agua posible, se utilizó otro de una empresa vecina para evitar la llegada de agua en el medio, pero una parte se evacuó por la red de pluviales, quedando encharcada en un punto de la riera de Polinyà, que bajaba seca, y sin que el agua llegara río abajo.

Inicialmente, se contempló el objetivo era retener el agua y extraer el agua en camiones, pero se descartó al comprobar que cerca de la zona donde quedaba el agua retenida estaba el colector de aguas residuales. Esto supuso que se hiciera una conexión temporal para aportar el agua al colector, que estaba recogiendo todos los productos derivados del siniestro a través de la red de alcantarillado, y que esta llegara a la depuradora.

Toda el agua resultante del incendio llegó a la depuradora de La Llagosta. La planta, que dispone de un depósito de retención, interceptó 9.000 metros cúbicos del vertido, evitando así su llegada directa al río Besòs. Aunque la planta no ha visto interrumpida su actividad en ningún momento, sí ha afectado a su normal funcionamiento, por lo que se ha alterado la calidad del agua depurada entregada al río Besòs.

La entrada de una parte del vertido en el reactor biológico, con una elevada carga de componentes químicos y contaminantes, ha inhibido la actividad biológica de depuración. Técnicos y responsables del Consorcio Besòs Tordera están realizando las actuaciones correctivas pertinentes dirigidas a restablecer su normal funcionamiento. Durante el domingo el tratamiento de la depuradora empezó a recuperar su normalidad. En los próximos días se prevé que su tratamiento sea totalmente operativo.

Según informa el Consorcio Besòs Tordera, aunque desde el sábado se han llevado a cabo acciones para restituir el funcionamiento del reactor biológico afectado, puede requerir entre 10 y 15 días para recuperar el normal funcionamiento del sistema biológico. Esto requiere que las bacterias que procesan el agua residual urbana vuelvan a crecer y funcionar con normalidad, por lo que el agua que sale de la planta todavía no puede cumplir los parámetros de calidad del vertido.

En este sentido, se ha informado a los ayuntamientos de los municipios afectados para que tomen las medidas que consideren oportunas hasta que la depuradora pueda volver a funcionar con normalidad.

Primeros resultados

A la espera de los resultados de las muestras tomadas el viernes y el sábado por los inspectores de la ACA para detectar qué contaminantes afectaron al río, el sensor detectó un incremento significativo del amonio que llegó en el medio (25 mg/L) el domingo a las 22.00 horas. La madrugada del viernes ya detectó las primeras subidas por encima de 5 mg/L, cuando los valores que registra habitualmente están por debajo de 1 mg/L.

La presencia de amonio en concentraciones a partir de 1 mg/L ya puede afectar directamente a la vida piscícola. Por este motivo, la ACA ha establecido un programa de monitorización y toma de muestras para realizar el seguimiento y evaluación del impacto sobre el medio.

Recogida de peces muertos

La alteración de la calidad del agua provocó la muerte de centenares de peces entre el viernes y el sábado. El Consorcio Besòs Tordera y las ADF de la zona trabajaron el sábado y el domingo en la retirada de cerca de un millar de peces muertos.

Como medida de precaución, se propuso al Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs que se izara la bandera roja en la playa del Fòrum hasta que se tenga constancia del producto vertido y de que la calidad del agua es apta para en el baño. Ante esta situación, se recomienda que las zonas de baño cercanas se mantengan con bandera roja entre 24 y 48 horas más, hasta que los niveles de amonio recuperen la normalidad.

De la misma forma, se cerró el Parque Fluvial del Besòs, en Santa Coloma de Gramenet, que este lunes por la mañana ha podido volver a abrir sus puertas al público.

Plan de seguimiento específico

Para realizar seguimiento del estado del río Besòs, se ha definido un plan para evaluar la calidad a través de ocho puntos de control. Tres de ellas son de las aguas superficiales Besòs y cinco de aguas subterráneas.

Concretamente, se realizarán un total de tres muestreos durante las tres próximas semanas en estos ocho puntos de control, con el objetivo de analizar las aguas superficiales y subterráneas y detectar la presencia de BTEX (benceno, tolueno, etilbenceno y chileno), disolventes, nutrientes , metales y PFAS (agentes químicos) u organofosforados (dependiendo de los retardantes de llamas usados). En aguas superficiales se realizará seguimiento de macroinvertebrados, diatomeas y peces a través de dos muestreos entre julio y agosto.

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