OPINIÓN

23-J: Un año de sanchismo en estado puro

  • "Sánchez siempre nos sorprende con una nueva pirueta salvadora. ¿Lo conseguirá también esta vez?"
Más de cuatro meses de investigación han llevado al juez Juan Carlos Peinado, que dirige la causa contra Begoña Gómez, a citar a declarar al presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez y su mujer, Begoña Gómez.
Más de cuatro meses de investigación han llevado al juez Juan Carlos Peinado, que dirige la causa contra Begoña Gómez, a citar a declarar al presidente del Gobierno.

Hoy hace un año que, contra todo pronóstico, Pedro Sánchez celebró en el balcón de Ferraz que su derrota frente a Alberto Núñez Feijóo en las elecciones le permitía seguir gobernando. El PSOE conseguía dos escaños más mientras la suma de los de PP y Vox no llegaban a la mayoría absoluta. Los sondeos habían fracasado y el bloque de su anterior investidura, aunque más ajustado, podía alumbrar otro gobierno bajo su batuta. La reclamada “derogación del sanchismo” se sumía en una peligrosa frustración y el presidente enfilaba otra legislatura más llena de obstáculos e incertidumbres, si cabe, que la anterior, con la insólita citación de un juez para declarar contra su esposa incluida.

Escasos líderes logran que su nombre se perpetúe identificado con una forma de hacer política. Pasó con Felipe González y las dos décadas de felipismo que marcaron al PSOE. También José María Aznar consiguió que el aznarismo se mantenga todavía hoy como un faro en el PP. Años después, sólo un inesperado ‘guapo’, como le calificaban despectivamente algunos en el PSOE, ha acuñado con su apellido un estilo de gobernar propio apoyado en una acreditada capacidad de resistencia y de adaptación a las circunstancias.

El sanchismo ha tenido que navegar en las procelosas aguas del multipartidismo con el que el 15-M sentenció la hasta entonces plácida alternancia entre socialistas y populares. La irrupción de Podemos estuvo a punto de dinamitar a un PSOE confuso y convulso al que la perseverancia y el olfato de Pedro Sánchez logró resucitar. Pese a la feroz oposición de la vieja guardia la inmensa mayoría de socialistas se entregó al nuevo líder y salvador.

El independentismo catalán, la ‘llegada’ de Bildu a la política nacional o el empuje populista de la ultraderecha germinaron en nuestra escena mucho antes que los gobiernos sanchistas y ha sido la cada vez más plural y polarizada ciudadanía española la que, con su voto, ha decidido quién quiere que le dé respuesta.

Ni indultos ni amnistías han podido hasta el momento con Sánchez. Ahora es una investigación judicial a su propia esposa y su citación como testigo lo que se le presenta como su peor obstáculo. Pero Sánchez siempre nos sorprende con una nueva pirueta salvadora. ¿Lo conseguirá también esta vez?.

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