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Accesibilidad, una asignatura pendiente en la mayoría de las playas españolas: "Algunas solo disponen de elementos básicos"

Marcelino Pérez, con esclerosis múltiple, hizo una petición en Change.org pidiendo playas accesibles en su pueblo, Salobreña.
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Gracias a la movilización de Marcelino Torres, vecino de Salobreña (Granada), este municipio tendrá playas accesibles, una pasarela para que las personas con movilidad reducida puedan acercarse a la orilla del mar, y la diputación de Granada ha prometido que el año que viene todos los municipios de la costa granadina tendrán playas accesibles.

Marcelino Torres, que se desplaza en silla de ruedas a causa de la esclerosis múltiple, está muy implicado con el tema de la falta de accesibilidad en el pueblo, y ha conseguido que su petición a través de Change.org obtenga más de 37.000 firmas, que llamara la atención de la prensa y, como consecuencia, de las autoridades, "siempre he pedido que se mejore la accesibilidad del pueblo, que la gente no aparque en plazas reservadas, que se rebajen aceras, que arreglen bordillos, aceras… cosas que parecen pequeñas, pero que a nosotros nos complican el día a día", nos contaba.

Sin embargo, aunque se trata de un logro enorme para los vecinos de esta provincia, en España sigue habiendo muchísimos municipios que ni siquiera tienen una playa accesible, pues, aunque no hay datos oficiales, tan solo unas 700 de las más de 3.500 playas que hay en nuestras costas pueden considerarse accesibles

Esto provoca que personas con movilidad reducida, en la mayoría de los casos, se sigan encontrando numerosos obstáculos para disfrutar de estos entornos, "algunos de los problemas de accesibilidad más comunes en las playas pueden ser la falta de rampas y pasarelas de acceso, falta de baños y vestuarios adaptados, falta de personal de apoyo o, algo muy importante, la falta de información de los servicios que ofrece o su grado de accesibilidad", asegura Gonzalo Arjona, técnico de Accesibilidad y Vida Independiente de COCEMFE.

Otro factor importante es que no se cumpla la cadena de accesibilidad, es decir, que tenga algunos elementos accesibles, pero que, en conjunto, no lo sea, y por eso no permita a la persona usuaria, como explica Gonzalo Arjona, "aproximarse, acceder, usar y salir de todo espacio con autonomía, facilidad y sin interrupciones. O sea, que el acceso a la playa desde el lugar de origen sea accesible (transportes, itinerarios peatonales, etc.). Luego también pueden existir problemas relacionados con el uso de otros servicios, como pueda ser la restauración, comercios y servicios que estén en la playa", añade. 

Qué se entiende por 'playa accesible'

Que una playa sea considerada accesible no depende solo de que tenga una pasarela que permita acceder a la orilla, que es muy importante, sino de que, como explicaba Arjona, permita a la persona usuaria moverse con facilidad y sin ayuda, "por definición, una playa accesible es aquella que cuenta con los elementos y servicios necesarios para que cualquier persona, independientemente de su discapacidad, pueda disfrutar de la playa de forma segura y autónoma".

Por este motivo en la práctica, es poco frecuente que una playa sea totalmente accesible para todos los tipos de discapacidad y es común que simplemente se facilite el acceso con una pasarela, "deberían contemplar aseos y vestuarios accesibles y que el entorno de acceso (cadena de accesibilidad) para llegar a ella también sea accesible. Sin embargo, algunas playas solo disponen de elementos básicos para facilitar el acceso a la arena y al agua, y en muchas es muy posible que no contemplen todas las medidas necesarias para que sean accesibles, en especial las medidas que garanticen el baño o el reposo en un lugar con sombra. Otras playas, en cambio, ofrecen servicios más completos, como sillas de ruedas anfibias, zonas de baño asistido y personal especializado", explica Arjona.

Una playa accesible es aquella que cuenta con los elementos para que cualquier persona, independientemente de su capacidad, pueda disfrutar de forma segura y autónoma

Y es que el baño, aunque es una parte muy importante, no lo es todo. A Marcelino, por ejemplo, que no puede exponerse mucho al sol por su enfermedad, el baño no le importa mucho, pero si poder acercarse a la orilla en otros momentos del día, "me gusta mucho acercarme a pescar, me encantaría ir con mi hijo, y ahora no puedo", se lamenta, "también me relaja mucho cuando tengo ansiedad, que me suele pasar bastante, y sin pasarela es imposible. Pero yo no pido solo por mí, sino por todas las personas con discapacidad, los ancianos con andador, unos padres con un carrito o alguien que se haya partido una pierna". 

¿Qué dice la legislación sobre playas accesibles?

Con la legislación en la mano, la Orden TMA/851/2021, de 23 de julio, establece que "deberán existir puntos accesibles en función de las características físicas y frecuencia de uso durante toda la temporada de baño, sin perjudicar las limitaciones establecidas en la ley de costas".

Esta Orden desarrolla, además, el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y la utilización de los espacios públicos urbanizados, y considera como espacios públicos urbanizados los tramos urbanos de las playas, "en su artículo 9 establece cómo debe ser la accesibilidad en dichos tramos. En él se establece que deberán existir puntos accesibles". 

Además, las normativas autonómicas pueden venir establecidas otros requerimientos más específicos y también los propios ayuntamientos pueden disponer de Planes de Playas en el que incluyan planes específicos de accesibilidad.

Aun así, lo cierto es que no todos los municipios y ni mucho menos todas las playas cumplen con los criterios de accesibilidad. De hecho, no se sabe con exactitud cuántas playas accesibles existen en nuestro país. El registro más fiable es, como apunta Gonzalo Arjona, el de las playas con Bandera Azul, "exigen un grado alto de cumplimiento de accesibilidad, pues al menos una de las playas con Bandera Azul de los municipios (independientemente de que sea urbana) debe disponer de acceso accesible y sanitarios adaptados para personas con discapacidad". 

Si nos dejamos guiar por estos criterios, aunque estadísticamente no exista un número total de playas accesibles en España, podemos concluir que en 2024 se han calificado 747 playas con bandera azul que "se pueden considerar accesibles bajo una certificación", explica Arjona.

Me relaja mucho acercarme al mar cuando tengo ansiedad, que me suele pasar bastante, pero sin pasarela es imposible

¿Cómo podemos saber entonces dónde hay playas accesibles en España? Pues tampoco hay un listado oficial en el que esta información esté disponible, "algunas comunidades disponen en su web de esta información, así como algunas localidades turísticas. También las propias entidades de personas con discapacidad elaboran guías actualizadas anualmente, así como empresas privadas dedicadas al turismo. También el listado de playas con bandera azul puede ser un punto de partida. Además, en nuestras entidades, se han realizado guías en Huelva, Almería o Comunidad Valenciana valorando la accesibilidad de las mismas, como la última que elaboramos, de Huelva", recomienda.

El problema de otros listados, muchos de ellos en Internet, es que no estén actualizados al 100%, "que no incluyan posibles mejoras o impedimentos (por reformas o deterioro natural o de uso) o que la accesibilidad no haya sido verificada por personal técnico en accesibilidad universal". 

Lo más recomendable es, antes de reservar, cerciorarnos a través del ayuntamiento del lugar que vamos a visitar de que tiene playas accesibles y en las condiciones en las que las tiene. Y de no tenerlas, hacer como Marcelino, "pedir que se cumplan nuestros derechos", pues su lucha servirá para que miles de personas, el año que viene, no tengan que depender de nadie para poder ver las olas de cerca. 

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