El gran sabueso anglofrancés tricolor, un perro de caza que lucha por encontrar hueco en la vida familiar

Los sabuesos anglofranceses son un grupo, o más correctamente, una tipología de perros de caza que proceden del cruce de diferentes sabuesos de origen francés con el foxhound inglés. En total, hay siete razas creadas mediante estos cruces, tres de ellas denominadas ‘gran sabueso anglofrancés’. En el caso de la raza que hoy nos ocupa, el tricolor, su origen específico se encuentra tras el programa de reproducción entre las razas francesas Gran Gascon Saintongeois, el sabueso poitevin y el billy con el mencionado foxhound.

Su primer estándar se estableció en una fecha tan reciente como 1955, y su uso primordial se enfocó en el acompañamiento de los cazadores a caballo para la caza de ciervos, corzos, jabalíes y, en menor medida, zorros. En 1957, se decidió añadir el término anglofrancés a los nombres de todos los sabuesos franceses que procedían del cruce con sabuesos ingleses. El término ‘gran’ no hace referencia al tamaño físico de los perros, sino al volumen de las jaurías utilizadas en las cacerías, que puede oscilar entre 20 y 100 perros.

Tradicionalmente, la caza con estos sabuesos se realiza de dos maneras: la ‘Chasse-à-Courre’, donde la jauría persigue y captura al animal, y la ‘Chasse-à-Tir’, en la que la jauría de sabuesos anglofranceses, o a veces solo un perro, dirige la presa hacia donde se encuentra el cazador.

La raza está reconocida en su país de origen por la Société Centrale Canine y, a nivel internacional, por la Federación Cinológica Internacional desde 1983. Aunque ha sido exportado a Norteamérica, donde también está reconocido por el United Kennel Club, se trata de una raza extremadamente rara fuera de Francia.

Fuerte instinto de caza y muy activos

El gran sabueso anglofrancés tricolor requiere una cantidad considerable de ejercicio y estimulación ambiental para mantenerse equilibrados. Se indica que poseen buen carácter y que, a pesar de su naturaleza activa, se muestran tranquilos en el hogar. Se adaptan bien a la convivencia con otros perros y son amables con los niños.

Sin embargo, sus rasgos de independencia, valentía y alta energía los hace difíciles al adiestramiento. No son recomendables para cualquier persona, especialmente aquellos sin experiencia en el manejo de razas de caza. La Société Centrale Canine advierte que “dejarlos sueltos puede ser peligroso debido a su alto instinto de caza” y también que “no son aptos como perros familiares en entornos urbanitas y una vida sedentaria, ya que necesitan mucho espacio, ejercicio y un manejo experimentado”.

Para ampliar información, se recomienda contactar con el Club du Chien d’Ordre, con sede en Francia, o con la Federación Cinológica Internacional (FCI). Sin embargo, tal como declaran desde PROANBUR, una asociación de protección animal en Burgos, estos meses veraniegos son particularmente complicados para las entidades sin ánimo de lucro volcadas en el rescate y adopción de animales domésticos. Las residencias colaboradoras con estas asociaciones se encuentran saturadas debido al ejercicio de su profesión, esto es, acoger animales mientras sus titulares se van de vacaciones, por lo que no disponen de espacio.

Por lo tanto, si se está considerando introducir un nuevo miembro en el hogar o simplemente se desea ayudar, recomendamos valorar la opción de adoptar o convertirse en casa de acogida y proporcionar un entorno seguro y apto para los perros rescatados.