Las olas de este país tienen derechos como las personas

En el año 2019, una represa minera en el río Doce se rompió y liberó toneladas de hierro, lodo y agua que causaron la muerte de 270 personas y dejó tras de sí un daño medioambiental irreparable.
En el año 2015, una represa minera en el río Doce se rompió y liberó toneladas de hierro, lodo y agua que causaron la muerte de 270 personas y dejó tras de sí un daño medioambiental irreparable.
Gustavo Louzada-MTUR / Wikicommons
En el año 2019, una represa minera en el río Doce se rompió y liberó toneladas de hierro, lodo y agua que causaron la muerte de 270 personas y dejó tras de sí un daño medioambiental irreparable.

Más de 35 países alrededor del mundo han reconocido la existencia de los llamados Derechos de la Naturaleza en sus sistemas jurídicos, que otorgan al medio ambiente privilegios específicos, como el derecho a existir, desarrollarse y ser reparado en caso de daños.

Si bien este movimiento para otorgar reconocimiento legal a los ecosistemas se inició en la década de 1970, es ahora cuando se ha iniciado un enfoque más ecocéntrico, en oposición al antropocéntrico. Este cambio de paradigma refleja una nueva dirección en la sociedad: ya no se trata solo de proteger el medio ambiente por los beneficios que brinda a los seres humanos, sino de preservarlo por su valor intrínseco.

Brasil y las olas del río Doce

En Brasil, las olas del río Doce han sido reconocidas como sujetos de derechos. La Cámara Municipal de Linhares, en el estado de Espírito Santo, promovió una legislación específica para garantizar estos derechos. Esta nueva ley reconoce el derecho de las olas a romper en la desembocadura del río Doce y considera al océano como un ser vivo con derechos inherentes a la existencia, regeneración y restauración.

La decisión de la Cámara Municipal se fundamentó en los efectos del colapso de una presa en Minas Gerais en 2015, que causó devastadores cambios ambientales, sociales y económicos. Esto afectó la biodiversidad y redujo la potencia de las olas del río Doce, impactando negativamente en el turismo y la economía local.

Con la nueva ley de la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza (GARN), que "reconoce los derechos intrínsecos de las olas a existir, regenerarse y mantener su equilibrio ecológico", Brasil ha marcado un hito en la legislación ambiental al hacer oficial algo que ya practicaban las poblaciones nativas amazónicas.

Ecuador: país pionero en otorgar derechos

Si tenemos que hablar del primer país en el mundo en reconocer en su constitución a la naturaleza como un sujeto de derechos, debemos darle todo el crédito a Ecuador en el año 2008. 

Según el artículo 71 de su Carta Magna, “la naturaleza o Pacha Mama tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos". Esto significa que cualquier persona, comunidad o grupo puede pedir a las autoridades que se respeten los derechos de la naturaleza.

Un movimiento global

El reconocimiento de los Derechos de la Naturaleza no se limita a un solo país. Desde 1972, organizaciones como la Alianza Global para los Derechos de la Naturaleza han promovido una nueva visión en la relación entre los seres humanos y el medio ambiente, cuyo objetivo es que las entidades naturales, como ríos, bosques y mares, dejen de ser considerados solo recursos y sean reconocidos como sujetos de protección jurídica.

La propuesta central es que la naturaleza tenga derechos inherentes, lo que le permite invocar sus propios intereses legales, independientemente de los beneficios que pueda aportar a la humanidad. Este enfoque cuestiona la visión tradicional que ha predominado durante siglos, donde el valor de la naturaleza se mide en términos de utilidad económica.

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