Medio Ambiente

La historia del Krakatoa, el último megavolcán que provocó un cambio climático en la Tierra hace poco más de 100 años

Indonesia dio la voz de alarma en abril. Las autoridades advirtieron de la posibilidad de que un tsunami afectara a la región central del archipiélago asiático. La causa eran las continuadas erupciones del volcán Ruang, en las Islas Cébeles. El Gobierno indonesio buscaba prevenir un escenario similar al provocado por la erupción del volcán Anak Krakatoa el 22 de diciembre de 2018.

Ubicado en el estrecho de Sonda, entre las islas de Java y Sumatra, aquella erupción del Anak Krakatoa provocó un corrimiento de tierra que a su vez generó un tsunami que dejó al menos 430 muertos. Claro que no fue la primera ni la más terrible causada por ese volcán.

Krakatoa, el padre y el hijo

Considerado uno de los más peligrosos de entre los volcanes potencialmente activos (se estima que en el mundo hay más de 1.300 de este tipo), ha entrado en erupción en repetidas ocasiones y con consecuencias desastrosas. Otros también inundan de temor a la ciencia por su potencial destructor, como el Toba, o como el supervolcán de Yellowstone, donde se asienta el parque nacional estadounidense. Esta semana, de hecho, una ligera erupción de gas y rocas hizo temer lo peor a los turistas que visitaban la zona.

Descubierto en 1927, el Anak Krakatoa (en español, hijo del Krakatoa) emergió de las aguas más de medio siglo después de la gran erupción del legendario Krakatoa, cuya caldera quedó derruida en 1883 tras una serie de masivas explosiones, cuyos efectos se sintieron alrededor del mundo durante meses. Aquella catastrófica erupción causó un inmenso tsunami que mató a más de 36.000 personas. Provocó un cambio climático en la Tierra.

La placa indoaustraliana cerca de la euroasiática

El archipiélago de Krakatoa está en al suroeste de Indonesia. Con ese nombre se conoce a un conjunto de islas volcánicas —en su mayoría casi desaparecidas— situadas en el estrecho de Sonda, entre Java y Sumatra. El nombre Krakatoa se utiliza también para designar a la isla principal del archipiélago; la Rakata y al volcán.

El volcán Krakatoa.
WIKIPEDIA

Estamos cerca de la región de subducción de la placa indoaustraliana muy cerca de la frontera de esta última con la placa euroasiática. Eso supone que el Krakatoa tiene un alto riesgo de nuevas erupciones explosivas y tsunamis. Por su potencial destructivo su actividad se encuentra constantemente monitoreada.

Krakatoa estaba constituido por tres islas principales y varios islotes. Lang, luego llamada Rakata Kecil o Panjang, y Verlaten, después conocida como Sertung, eran remanentes de una erupción anterior de grandes proporciones. La isla Krakatoa en sí misma tenía nueve kilómetros de largo y cinco de ancho. También había un islote cubierto por árboles cerca de Lang llamado Poolsche Hoed y varias pequeñas rocas o bancos entre Krakatoa y Verlaten.

23.000 veces más fuerte que la bomba de Hiroshima

Había tres conos volcánicos en Krakatoa. De sur a norte: Rakata (823 m), Danan (445 m), y Perboewatan (también llamado Perbuatan, 122 m). Todo cambió aquel 27 de agosto de 1883, cuando tuvo lugar la mayor de las explosiones del Krakatoa. Los científicos han calculado su enorme potencia: desató una energía de 350 megatones, es decir, 23.000 veces más poderosa que la bomba atómica de Hiroshima.

En realidad todo comenzó tres meses antes. En mayo se había iniciado una serie de erupciones que continuaron hasta ese 27 de agosto. La erupción cataclísmica destruyó gran parte del conjunto de islas lo que ocasionó la actual desaparición del archipiélago.

Los tsunamis posteriores alcanzaron los 40 metros de altura y destruyeron 163 aldeas a lo largo de la costa de Java y Sumatra. Murieron 36.417 personas. La ceniza de la explosión alcanzó los 80 kilómetros de altitud y viajó por la superficie del mar.

La explosión se notó en un 10% del planeta

La erupción es considerada uno de los eventos más mortíferos y destructivos de la historia reciente. Se hizo literalmente de noche en cientos de kilómetros a la redonda del Krakatoa. La explosión se pudo sentir en un 10% del globo terráqueo, desde la isla de Madagascar hasta Australia (puntos separados por unos 7.600 km). La actividad sísmica adicional continuó hasta febrero de 1884.

El volcán Krakatoa en una erupción en diciembre de 2018.
Twitter

La onda de presión generada alcanzó los 310 decibelios (dB), lo suficientemente fuerte como para ser escuchada a 5.000 kilómetros. Fue tan potente que rompió los tímpanos de los marineros a bordo de barcos a kilómetros de distancia (para hacernos una idea, por encima de los 90 dB, el oído humano sufre daños y por encima de 115 dB, la pérdida de audición comienza a ser irreversible).

La temperatura del planeta bajó más de un grado

El volcán sacudió la superficie terrestre y alteró la composición atmosférica. Provocó un cambio climático transitorio, relata José Miguel Viñas en MeteoRed. "Se alteraron los patrones meteorológicos en algunas regiones de la Tierra y tuvo lugar un enfriamiento global que se prolongó hasta algunos años después de la erupción", escribe el meteorólogo.

La gran cantidad de aerosoles que expulsó a la alta atmósfera formó un velo que bloqueó en parte la radiación solar. Se estima que un año después de la erupción la temperatura media global bajó 1,2ºC. Recuerda Viñas que aquel verano la temperatura en el hemisferio norte bajó cuatro décimas de grado y el enfriamiento se prolongó hasta cuatro años después.

Por qué fue tan violenta la explosión de 1883

  • Investigaciones recientes han revelado que las primeras erupciones del Krakatoa, las que empezaron en mayo, vaciaron parcialmente la cámara de magma, permitiendo la entrada de nuevo material a temperaturas muy superiores. En el proceso se generaron gases que incrementaron la presión en la cámara magmática de manera incontrolable, lo que se sumó al efecto de la mezcla entre el magma reciente y el ascendente. La combinación desató energías cataclísmicas.

El descubrimiento de la corriente en chorro

En 1886, tres años después, observadores de todo el mundo todavía describían los tenues colores que veían durante el crepúsculo y el alba, causados por la refracción de los rayos solares en las partículas en suspensión. Los científicos rastrearon y mapearon durante varios años los efectos de la erupción, llamando al fenómeno "corriente ecuatorial de humo".

Aquella fue la primera identificación de lo que hoy se conoce como corriente en chorro. Esta erupción también produjo un anillo de Bishop alrededor del Sol diariamente y una luz púrpura volcánica en el crepúsculo.

Erupciones anteriores y posteriores

La historia del esta parte de Asia recoge dos grandes erupciones en tiempos muy pretéritos. Una tuvo lugar en el año 417, según recoge el Libro de los Reyes (Pustaka Raja) javanés. "El mundo entero fue sacudido enormemente [...] La montaña Kapi con un rugido enorme se rompió en pedazos y se hundió en lo más profundo de la tierra. El agua del mar se elevó e inundó la tierra [...] Los habitantes de la parte del norte del país Sunda al Rajá de montaña Basa se ahogaron y fueron arrastrados con toda la fuerza del agua".

El mundo entero fue sacudido enormemente [...] Con un rugido enorme, la montaña se rompió en pedazos y se hundió en lo más profundo de la tierra"

Se cree que en 535 tuvo lugar otra erupción cataclísmica. David Keys y otros autores han propuesto que pudo haber sido responsable de los cambios climáticos de ese periodo. En época reciente, se ha argumentado que esta erupción fue la que creó las islas de Verlaten y Lang (remanentes del original), y los principios de Rakata (todos indicadores del tamaño de la caldera primitiva del Krakatoa), pero no se han encontrado suficientes evidencias científicas.

El letal tsunami de 2018

Imagen de la erupción del volcán Krakatoa.
BNPB INDONESIA

Tras el terrible episodio de 1883, nuevas erupciones volcánicas en el fondo del mar comenzaron en 1927. De ellas surgió una nueva isla en el mismo lugar, conocida por los lugareños como Anak Krakatau ('Hijo de Krakatoa'). Esta isla superó la superficie del mar en 1928 y actualmente tiene más de 300 metros de altura (creciendo a razón de cinco metros por año). Está deshabitada.

Indonesia se asienta sobre el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida cada año por unos 7.000 temblores, la mayoría moderados. No fue el caso del episodio de junio de 2018, cuando el Anak Krakatoa volvió a presentar actividad.

El 22 de diciembre erupcionó de nuevo, ocasionando un tsunami. El número de víctimas por la catástrofe fue de al menos 430 muertos, 159 desaparecidos, 1.495 heridos y 21.991 desplazados. En 2020 volvió a entrar en erupción, pero sin causar una nueva tragedia.

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