Matrimonios reales que nacieron en unos JJOO: la infanta Cristina, Alberto de Mónaco, Federico de Dinamarca...
- El deporte ha unido a príncipes con personas anónimas que luego han llegado al trono.
- París 1900-2024: de las primeras mujeres olímpicas a los primeros juegos paritarios.
Los Juegos Olímpicos han sido escenario tradicionalmente no solo de grandes gestas deportivas, sino también de hermosas historias de amor entre mandatarios, muchas de las cuales han continuado fuera de las canchas que las propiciaron.
Algunas casas reales han vivido momentos muy emocionantes, cuando sus dirigentes encontraron allí el amor de sus vidas. La infanta Cristina es el mejor exponente español, aunque su historia se viera interrumpida en 2022, 25 años después de su solemne boda.
El enlace tuvo su origen en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, donde él competía con la selección nacional de balonmano y ella se encontraba representado a la casa real española. La chispa surgió en el 'terreno de juego' y continuó en Barcelona, donde ambos residían.
Un año y medio más tarde, la pareja se casaba en una ceremonia en la catedral de Barcelona. Cuatro hijos y un proceso penal con cárcel incluida para él después, dieron al traste con esta relación.
Otro matrimonio que nació bajo la llama olímpica fue el de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson, en los JJOO de 2000. Él se encontraba en Sidney para alentar a los deportistas de su país. El flechazo con la abogada australiana se produjo en el bar Slip Inn, donde también estaban también sus amigos Marta Luisa de Noruega y Nicolás de Grecia. Allí, el hoy rey se presentó como ‘Fred’. Ella no sabía quién era.
Cuatro años después, Federico y Mary se casaron en Copenhague. En enero pasado, ambos fueron entronizados tras la abdicación de la reina Margarita II.
Casi al mismo tiempo que los daneses, Alberto de Mónaco, soltero recalcitrante, conocía a una nadadora sudafricana en un campeonato de natación celebrado en el principado. Seis años después, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, anunciaban su boda, que tuvo lugar en 2011. A pesar de los rumores, las depresiones de ella y su retirada ocasional de la vida pública, la pareja sigue casada y unida. Tienen mellizos: Jacques y Gabriela.
En 1972, la brasileña Silvia Renate Sommerlath, hija de un empresario alemán, trabajaba de azafata e intérprete en una de las salas VIP del estadio olímpico, donde se celebraban los Juegos de Munich.
Un príncipe heredero, Carlos Gustavo, la observaba detenidamente, sin saber ella que se terminaría convirtiendo en su mujer y en reina de Suecia. Fue en 1976, en una boda que culminaría con el nacimiento de sus tres hijos: Victoria, Carlos Felipe y Magdalena. Siguen en el trono.