Venezuela ha vuelto a las urnas este domingo para demostrar al mundo que sigue siendo un democracia a pesar de la persecución a los disidentes, la criminalización de las protestas y la falta de independencia de las instituciones del Estado. Los resultados se hicieron esperar seis horas y al final, el ente electoral ha confirmado la victoria de Nicolás Maduro, con el 51.2% de los votos (5.150.092 apoyos).

La oposición, una vez más, ve alejarse la posibilidad de terminar el proyecto socialista, que llegó al país en 1999, con el ya difunto Hugo Chávez, que ha alimentado a una élite conectada con el Estado que controla gran parte de la riqueza de la nación. El opositor Edmundo González, de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la principal alianza opositora, se ha quedado con el 44.2%, con el 80 de los votos escrutados. 

Un total de veinte y un millones de venezolanos fueron convocados a votar, pero en un recuento hecho por la PUD, dos horas antes del cierre de las urnas, acudieron a sufragar el 54,8% de los votantes, esto es unos 11,7 millones de personas. 

Los colegios electorales cerraron a las 18.00 (medianoche en España), pero la jornada se extendió hasta que todas las personas que estaban en una cola ejercieran su derecho al voto. 

La oposición denunció varias irregularidades como la acción de colectivos armados que están robando las urnas en los colegios electorales en Punta Cardón, en el estado Falcón. 

El oficialismo celebró precipitadamente

Las voces del oficialismo se adelantaron a celebrar la victoria aún sin tener los resultados oficiales. El hijo del presidente de Venezuela y diputado del estado La Guaira de la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido (PSUV), Nicolás Maduro Guerra, fue de los primeros en hablar de la victoria popular. “Las urnas expresan lo que la calle ya dijo todos estos meses de campaña. Victoria del pueblo venezolano, feliz cumpleaños comandante Chávez!”, escribió en X.

En la misma línea y ante periodistas, el jefe de campaña de Maduro y presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, celebró que en estas votaciones se pusiera freno a "brotes violentos y actos de sabotaje" que buscaban crear "zozobra en la población", sin detallar los hechos a los que se refería.

Rodríguez adelantó que, "inmediatamente después" de que el CNE emita el primer boletín con resultados oficiales, el pueblo chavista estaba invitado a "donde ustedes saben", en alusión velada al llamado balcón del pueblo, un lugar en el que el partido gobernante celebra tradicionalmente sus triunfos electorales.

La región pide transparencia

Fueron llamativos los gritos de "libertad" que llegaron desde fuera de Venezuela, desde Colombia, Argentina, México, España, entre otros países, donde están refugiados los casi ocho millones de desplazados venezolanos, según datos de la ONU. Ese gran éxodo empezó en 2014, durante el primer año de mandato de Nicolás Maduro. Primero salieron personas que podían vender alguna propiedad para pagarse sus pasajes aéreos, pero las siguientes olas de migración fueron protagonizadas por familias enteras que salían de Venezuela a pie.

Los cancilleres de Uruguay, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay y Perú emitieron un comunicado conjunto en el que expresan su preocupación y anuncian que harán un seguimiento cercano de los acontecimientos electorales en Venezuela.

El comunicado, difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay y otros seis países, subraya la importancia de que los resultados electorales reflejen de manera fiel la voluntad popular expresada por el pueblo venezolano en las urnas.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue más allá y pidió a las autoridades venezolanas que entreguen resultados "transparentes", que "reflejen íntegramente la voluntad expresada en las urnas", y adelantó que ni su Gobierno ni la comunidad internacional "aceptarían otra cosa".

Concentraciones en España

Grandes concentraciones tuvieron lugar en Madrid y otras ciudades españolas convocadas por la oposición venezolana en demanda de libertad para Venezuela y lanzando consignas como "Nos vemos en casa" o "Maldito sea el soldado que apunte su arma contra el pueblo".

De los más de 400.000 venezolanos mayores de edad que residen en España, sólo 24.770 pudieron inscribirse para votar por las trabas burocráticas, entre ellos Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas y portavoz de la oposición en el país europeo, que acudió al centro de votación en Madrid para apoyar a sus compatriotas a sabiendas de que no podría votar, ya que no había logrado inscribirse porque carece de pasaporte vigente.

El voto en el extranjero

En México, los venezolanos representan el 24,94 % de los 359.697 migrantes en situación irregular en el primer trimestre del año. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta 2020, residían 52.948 venezolanos, aunque la cifra real podría ser mayor, debido a que muchos ingresan de forma irregular al país, buscando llegar a Estados Unidos.

En la legación diplomática venezolana en la capital mexicana se instalaron seis mesas para que miles de votantes que viven en México ejercieran su derecho al voto, al tiempo que realizaron concentraciones para expresar su esperanza de un nuevo rumbo en su país.

En Argentina, donde hay al menos 220.000 venezolanos residentes, sólo 2.638 estaban habilitados para votar, mientras que quienes no lograron ejercer su derecho al sufragio se apostaron en los alrededores de la embajada con banderas, gorras y camisetas tricolores entonando estrofas de su himno nacional.

En Brasil, el tercer país que más migrantes venezolanos, unos 560.000 registrados, salieron a las calles para expresar su apoyo a González Urrutia, en medio de un ambiente festivo y entonando estribillo como "Volveremos a casa" y "Venezuela libre".

Los venezolanos en Ecuador no pudieron votar tras el cierre de la delegación diplomática, como muestra del rechazo de Caracas al asalto policial a la Embajada de México en Quito, el pasado 5 de abril, para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, que está procesado en un tema de presunta corrupción, y aún debe acabar de terminar de cumplir una condena de ocho años de cárcel.