Internacional

Trump accede a ser interrogado por el FBI para dar su testimonio sobre el atentado contra él en Pensilvania

Donald Trump, segundos después del atentado contra él en Pensilvania.
AP Photo/Gene J. Puskar/LAPRESSE

El expresidente de Estados Unidos y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha accedido a dar su testimonio al FBI sobre el intento de asesinato que sufrió durante un mitin de campaña. El interrogatorio se trata de un procedimiento habitual en las víctimas de crímenes investigados por la agencia, según han explicado este lunes en una llamada con periodistas.

La idea es "obtener su perspectiva sobre lo que observó, al igual que cualquier otro testigo del crimen", ha expresado en la llamada Kevin Rojek, de la oficina del FBI en Pittsburgh (Pensilvania), que aún no ha dado detalles sobre la fecha y hora del interrogatorio. Esta petición por parte de la agencia ha llegado tras poner en duda su director que la bala alcanzase la oreja de Trump, ante lo que el expresidente estalló alegando que ni siquiera lo comprobaron.

Los motivos del tirador, Matthew Crooks, para atentar contra el expresidente siguen siendo desconocidos para el FBI. El informe de la agencia ha descrito al joven de 20 años, como una persona "muy inteligente", solitaria y con un creciente interés por las armas. También han indicado que su círculo social era muy limitado y que se esforzó en mantener en secreto sus actividades.

El joven, como ya revelaron las autoridades, había buscado en internet a Trump, al presidente estadounidense, Joe Biden, y las fechas de la Convención Nacional Demócrata de agosto en Chicago. Además de esto, el FBI ha descubierto que Crooks había investigado sobre el intento de asesinato reciente al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, o la distancia desde la que disparó Lee Harvey Oswald para matar al expresidente John Fitzgerald Kennedy en 1963.

Trump fue herido de bala en una oreja mientras participaba en un mitin en Butler (Pensilvania) el 13 de julio. El tirador había trepado a un tejado a unos 140 metros del expresidente, aunque fuera del perímetro de seguridad del Servicio Secreto. Esto se saldó con la dimisión de la directora de esta organización, tras lo que fue el "mayor fracaso operativo" en décadas.

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