A fondo

Oportunidad, poder y una venganza familiar: lo que hay detrás de la detención del narco Ismael 'El Mayo' Zambada

La detención de Ismael “El Mayo” Zambada revoluciona el mundo del narco.
La detención de Ismael 'El Mayo' Zambada revoluciona el mundo del narco.
HENAR DE PEDRO
La detención de Ismael “El Mayo” Zambada revoluciona el mundo del narco.

La pugna por el liderazgo, una venganza familiar y la lucha contra el fentanilo. La coyuntura ha modificado el escenario hasta favorecer a EEUU. La detención de Ismael 'El Mayo' Zambada es una de las más importantes de los últimos 50 años. Con la caída del Chapo Guzmán en 2016 y ahora la de Zambada, quedan libres los tronos de los dos grandes capos del cártel de Sinaloa. Junto a este también fue arrestado uno de los cuatro hijos del Chapo, Joaquín, y de ahí las conspiraciones. Para entender los entresijos de este doble arresto ha de seguirse el rastro del beneficio.

El hermetismo del operativo sugiere distintas versiones y todas resultan plausibles. Entrega pactada, engaño o secuestro, el caso es que Zambada, de 76 años, se topó con las autoridades al bajar de una avioneta en El Paso, Texas, el pasado 25 de julio. Su abogado dice que no tenía ninguna intención de entregarse. Hasta ahora, jamás había pasado un solo día en la cárcel. Se subió a ese avión para, supuestamente, supervisar unos territorios que servirían para el negocio. Según su versión, desconocía que el verdadero destino del viaje sería la prisión. Junto a él viajaban también Joaquín el Chapito y el piloto de la aeronave.

Los agentes aguardaban en la pista de aterrizaje. Conocían la localización debido a un chivatazo interno, y todo apunta a una traición del propio Chapito. La defensa de Zambada reitera que se trató de una emboscada, insiste en que el Chapito y varios hombres lo esposaron, lo ataron, le colocaron una bolsa oscura en la cabeza, lo metieron en una camioneta y le obligaron a subirse al avión. Y así, les cayeron del cielo a las autoridades estadounidenses dos de los narcos más buscados. Una operación tan limpia que parecería un regalo. Pero no saldrá barato. La traición tiene un precio elevado, y el del acuerdo con el gobierno tampoco será moderado. Más allá del posible complot contra el socio de su padre, ¿a cambio de qué se entregaría voluntariamente el hijo del Chapo Guzmán?

Las familias Zambada y Guzmán crearon el cártel de Sinaloa en los 80. Desde la detención del Chapo en 2016, los roces entre Zambada y los Chapitos por el liderazgo se exacerbaron. Años más tarde, Ovidio Guzmán, otro hijo del Chapo, también sería capturado, y desde 2023 se encontraría a espera de juicio. Estos arrestos hicieron sospechar a los otros Chapitos, y la posibilidad de que los Zambada los estuviesen delatando se agudizó durante un juicio en 2019. Ante un tribunal de Nueva York, Vicentillo, uno de los hijos de Zambada, declaró contra el propio Chapo Guzmán. La rivalidad quedó evidenciada. Y no debió ser la primera vez que Vicentillo largaba. En 2009, tras ser detenido y extraditado a EEUU, conseguiría numerosos beneficios penitenciarios tras convertirse, presuntamente, en colaborador del gobierno. Así que la lealtad que unió en su momento a los padres, ahora es venganza de hijos. Los Chapitos se la tenían jurada a los Zambada.

No ha sido casual que EEUU consiguiera atrapar a El Mayo precisamente ahora. El país sufre una epidemia sin precedentes. El fentanilo es la principal causa de muerte por sobredosis entre los estadounidenses de entre 18 y 45 años, y el cártel de Sinaloa se consagra como fuente. La presión es social, política y moral. Y en vísperas de elecciones, no sería de extrañar que se abriera la manga ante quienesquiera que ayuden a capturar narcotraficantes. El precio de esta victoria se conocerá pronto en los tribunales. Si las próximas sentencias resultasen extrañas o laxas, quizá en esta detención yazca una de las respuestas. A cambio de la entrega, Joaquín el Chapito podría haber pedido facilidades para sí mismo y sus familiares. De momento, la versión oficial es que su hermano Ovidio estaba bajo custodia. Pero lo cierto es que distintas fuentes apuntan a que su paradero es desconocido, y que incluso podría haber sido ya liberado.

Y mientras se dibuja en los juzgados el futuro del cártel, la batalla por su presente está en marcha. Caídos El Chapo y Zambada, la organización queda coja. La red de Sinaloa se divide en varios brazos bajo cuatro grandes facciones. Los de Zambada, los del Chapo Guzmán, los del Guano -hermano del Chapo- y los Caro Quintero. Rafael Caro Quintero, quien fuera “el narco de los narcos”, fundador del cártel de Guadalajara, pilar previo al de Sinaloa, fue capturado hace un par de años y el poderío recayó en sus descendientes. Lo mismo está ocurriendo ahora con el resto del cuarteto.

Las nuevas generaciones van tomando el relevo de los padres de la droga. Son más jóvenes, menos expertos y están más enemistados. No los apiada el respeto de antaño. No sería aventurado predecir un futuro todavía más violento. Algunos análisis apuntan a Ismael el Mayito Flaco, un hijo de Zambada, como su sucesor. De los cuatro Chapitos, Iván, el mayor, ocuparía el cargo. Puede que Mayito y Chapito, Ismael e Iván, se conviertan en los próximos dos nombres propios del narcotráfico internacional. Queda augurar que su rivalidad merme de rebote el negocio, ansiado por otros cárteles cercanos.

Al igual que ocurre con la mafia italiana, este tipo de delincuencia se articula sobre pilares fundamentales, y son innegociables. No es solo avaricia o control. Es mucho de familia, poder y honor. Y este, si mancillado, pretende venganza. No es ni mucho menos el fin de Sinaloa. Es su poder en plena mudanza. Sin duda, una buena oportunidad para el gigante occidental, que ha sabido aprovecharse de la danza.

Biografía

Carmen Corazzini estudió periodismo y Comunicación Audiovisual. Se especializó con un máster en 'Estudios Avanzados en Terrorismo: análisis y estrategias' y otro en 'Criminología, Victimología y Delincuencia'.

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