La llegada de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat de Cataluña está un paso más cerca después de que la Ejecutiva de Esquerra Republicana diera el visto bueno este lunes a un preacuerdo con el PSC. Uno de los elementos nucleares del pacto -todavía pendiente de ser ratificado por las bases- es la fijación de un "concierto económico solidario" para Cataluña, por el cual la Generalitat pasaría a recaudar y gestionar "el 100% de los impuestos". La aceptación de esta reivindicación histórica de los republicanos contrasta con el continuo rechazo que hasta hace unos días habían mostrado los socialistas a ampliar a Cataluña el modelo de financiación de País Vasco y Navarra. Tanto desde Ferraz como desde Moncloa negaban reiteradamente esta posibilidad.
"Yo no comparto el concierto económico para Cataluña", afirmaba rotundamente la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hace apenas quince días tras reunirse con las comunidades en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). De este modo, la vicesecretaria general del PSOE dejaba claro su rechazo a avanzar en esa dirección y negaba negociaciones bilaterales con Cataluña.
Pese a oponerse a la idea de un concierto económico catalán, Montero si defendió tras el CPFF la posibilidad de mejorar el actual sistema de financiación e introducir "elementos singulares" para Cataluña. "¿Se puede avanzar en una mejor financiación de Cataluña? Sin duda. ¿Se pueden contemplar elementos singulares? Considero que sí y que se pueden dar pasos de gigante", matizó, apuntando igualmente a la necesidad de modificar el sistema de financiación autonómica en su globalidad y no solo para Cataluña.
En esa línea, el Ejecutivo ha insistido en las últimas semanas en defender una "financiación singular" para Cataluña desmarcada de los conciertos vasco y navarro y "perfectamente compatible" con la negociación "multilateral" de un cambio en el modelo general de financiación con el resto de comunidades. Así lo expresó, por ejemplo, hace poco más de un mes la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en rueda de prensa tras una reunión del Consejo de Ministros, donde insistió también en que cualquier mejora para Cataluña se enmarcaría dentro de los límites del Estatuto de Autonomía.
"Este Gobierno nunca ha hablado de conciertos", aseguró Alegría el 18 de junio. Esta no era la primera vez que un miembro del Gobierno se pronunciaba en esa línea. Ya en noviembre Montero defendió la misma postura en plenas negociaciones del PSOE para recabar apoyos para la investidura de Pedro Sánchez. "Nunca en ningún momento se ha planteado que el PSOE o el Gobierno comparta la cesión del 100% de los tributos ni a esta ni a ninguna otra comunidad autónoma", recalcaba entonces la ahora vicepresidenta primera del Ejecutivo.
También desde Ferraz en las últimas semanas los socialistas han dejado patente el rechazo a un concierto económico catalán. Un día antes de que Alegría negara la exploración de esa vía, el 17 de junio la portavoz del partido, Esther Peña, rechazó la idea de imitar en Cataluña el modelo de País Vasco y Navarra e incluso echó en cara al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, unas declaraciones de 2016 en las que, a su juicio, se mostró a favor de este modelo. "El PSOE no está en el concierto que propone el señor Feijóo", afirmó.
No obstante, los socialistas sí hablaban de financiación singular para Cataluña, argumentando la necesidad de darle a esta comunidad más recursos para sumir más competencias. "Es innegable que quien tiene más transferencias ha de tener más medios. Por tanto, de eso es lo que nosotros queremos hablar, no solamente en el caso de Cataluña, sino en los casos del resto de comunidades autónomas", sostenía Peña desde Ferraz, recordando que en el programa electoral de los socialistas para el 23-J ya hablaba de una reforma de la financiación autonómica.
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