Sevilla

La economía andaluza deberá crecer más del 2,5% para crear empleo, algo que no ocurrirá en 2010 ni 2011, según OEA

La economía andaluza necesitará volver a tasas de crecimiento superiores al 2,5 por ciento para poder volver a crear empleo a un ritmo consistente con la reducción de la tasa de paro, según indicó el Observatorio Económico de Andalucía (OEA), que precisó en su último boletín de coyuntura que esa circunstancia "no se va a producir durante 2010 y, en ausencia de medidas de flexibilización laboral, tampoco es previsible que ocurra antes de que acabe 2011".

En dicho documento, denominado 'Andalucía: crisis y recuperación', donde se alude a la evolución y las perspectivas a corto plazo en la economía andaluza, el informe precisó que "el peor momento de la crisis en Andalucía coincidió con el segundo trimestre de 2009, ya que, aunque la mayoría de los indicadores han seguido ofreciendo valores negativos con posterioridad, en algunos se aprecia una inflexión durante el tercer trimestre del año, indicando que la intensidad de la caída se viene reduciendo desde el verano".

El OEA agregó que tanto en Andalucía como en España "se prevé una progresiva amortiguación de la caída, que podría permitir volver a tasas positivas de crecimiento en la segunda mitad de 2010", tras lo que apuntó que la diferencia "más significativa" entre Andalucía y España "sigue estando en el mercado de trabajo".

En ese sentido, apuntó que "aunque España y Andalucía comparten las causas de la acusada destrucción de empleo, la debilidad del tejido productivo andaluz y la mayor presencia de actividades afectadas por variaciones estacionales determinan que el problema haya adquirido una dimensión extrema en el caso andaluz".

Por ello, apuntó que la reducción del desempleo "exige, si no se modifica el marco de relaciones laborales, tasas de crecimiento superiores a la suma de las variaciones en la productividad y en la población activa", de manera que las previsiones apuntan "tasas negativas de crecimiento para, al menos, los tres próximos trimestres y una progresiva recuperación de la productividad, como consecuencia de que las actividades más afectadas por la crisis son las que presentaban niveles de productividad más reducidos y de que el aumento del paro se está nutriendo de los trabajadores menos cualificados".

Agregó que también se espera un repunte de la tasa de actividad con las primeras señales de recuperación de las expectativas empresariales y de la confianza de los consumidores, lo que supone que "la economía andaluza necesitará volver a tasas de crecimiento superiores al 2,5 por ciento para poder volver a crear empleo a un ritmo consistente con la reducción de la tasa de paro", una circunstancia que "no se va a producir durante 2010 y, en ausencia de medidas de flexibilización laboral, tampoco es previsible que ocurra antes de que finalice 2011".

"los grandes problemas se encuentran en el interior"

Asimismo, tras apuntar que se mantienen los pronósticos de crecimiento negativo para 2010, el informe apuntó que "los grandes problemas de la economía andaluza y española se encuentran en el interior y su superación no depende de la recuperación internacional".

Apuntó, por ello que los argumentos para la salida de la crisis en las economías mundiales "permitirían afrontar el nuevo ciclo, pero dejarían sin solución los elementos de fragilidad en el modelo productivo andaluz, que la crisis ha puesto de manifiesto".

El OEA indicó que Andalucía "carece de estructuras lo suficientemente sólidas como para defenderse de los efectos de la crisis en términos similares a los de otras economías avanzadas, así como de las ventajas competitivas de las emergentes para aprovechar el repunte esperado en el comercio internacional", por lo que consideró que Andalucía "tiene que reforzar sus estructuras para resistir las exigentes condiciones de convivencia, pero tiene también que mejorar su competitividad para recortar la distancia que todavía nos separa y que amenaza con ampliarse".

Para el Observatorio, "a medio y largo plazo, el principal objetivo de Andalucía tiene que ser mejorar la dotación de capital humano y tecnológico en su economía", lo que, a su juicio, "obliga a abandonar de una vez por todas la tibieza de planteamientos en materia de política educativa y el paternalismo institucional en política científica y de innovación, del que frecuentemente se derivan incentivos perversos sobre el sector empresarial en materia de inversión en I+D+i".

El informe apuntó otros ámbitos en los que hay que comenzar a trabajar "con la menor demora posible", como son el "deficiente" funcionamiento del mercado de trabajo andaluz, que "presenta una de las estructuras más distorsionadas e ineficientes del mundo occidental".

Tras reconocer que las "reformas estructurales urgentes" en materia laboral corresponden al Estado, consideró que el "clamoroso fracaso de las políticas activas de empleo y el derroche de recursos en programas de formación, que tan costosos e inútiles se han manifestado", corresponden a la comunidad autónoma "y deben ser revisados en profundidad". En ese sentido, apuntó que en torno a la formación profesional "se ha desarrollado una importante, y no siempre transparente, trama de intereses en la que diferentes instituciones pugnan por la gestión de programas que consumen cantidades ingentes de recursos públicos".

Agregó, en ese sentido, que "el hecho de que Andalucía haya sido uno de los territorios más golpeados por el desempleo, a pesar de ser una las comunidades que más recursos ha destinado a este tipo de políticas, constituye la evidencia de la necesidad de una reforma en profundidad de las políticas activas de empleo en Andalucía".

Consideró que, en el ámbito financiero, Andalucía "puede forzar, por primera vez en su historia, una presencia significativa en el panorama financiero español, lo que podría contribuir al reforzamiento del peso de la economía andaluza y al reequilibrio territorial de España".

El OEA indicó que Andalucía "tiene que recuperar el tono de la actividad industrial y esforzarse para corregir el déficit por cuenta corriente", tras lo que lamentó el "excesivo protagonismo" que han tomado las instituciones públicas en Andalucía en contraste con la "debilidad" del sector privado de la economía.

El OEA aludió al "fracaso estrepitoso" del Pacto por la Vivienda y definió la renovación del acuerdo de Concertación Social como "una nueva edición de la seña de identidad de la estrategia de la política económica de Andalucía, cuya incapacidad para modificar los fundamentos básicos de la economía andaluza ha quedado de manifiesto con la crisis".

En ese sentido, lamentó que "no sólo no ha existido el más mínimo signo de autocrítica, a pesar de la contundencia con que se mostró la fragilidad de las estructuras que estaban soportando el disparatado modelo de crecimiento de los últimos años, sino que incluso se advierten señales de autocomplacencia".

Para el Observatorio, el nuevo modelo de crecimiento sostenible "debe ampliar la perspectiva mucho más allá de la economía y considerar la conservación de los recursos naturales y la profundización en los objetivos de contenido social", algo que "debe ser encajado en estrategias políticas a corto y largo plazo en las que el rigor de los planteamientos debe imponerse sobre el voluntarismo y la propaganda".

"Cada uno de los ámbitos económico, ambiental y social debe ser interpretado como límites que definen las posibilidades de desarrollo del conjunto", agregó el Observatorio, que abogó por "promover una revisión en profundidad de las reglas de juego de la convivencia en un contexto de sostenibilidad".

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