Cine

Martin Scorsese: "Me encantaría rodar una cinta infantil en 3D"

Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio en la Berlinale.

Martin Scorsese, uno de los gigantes del cine es, en la vida real, un tipo diminuto y sonriente. Su origen italiano, además, resulta indisimulable atendiendo a su coquetería, vehemencia y ganas de bromear.

¿Por qué rodó esta película?

Quería retratar la espiral de destrucción de una mente. Quería que fuese más sencilla, pero según iba rodándola fui introduciendo elementos de otras películas que soñaba hacer. Con Gangs of New York o La edad de la inocencia disfruté recreando una época, pero aquí quería hacer algo aún más difícil.

¿Qué película le fue más dura de dirigir?

La última tentación de Cristo, sin duda.

De ésta dice que es más clásica que El cabo del miedo o El color del dinero.

Así es. Con ellas traté de hacer películas de Hollywood, pero modernas. Esta vez, no. Tiene cosas fantásticas, pero también mucha conexión con el cine de hace años.

Por ejemplo, ¿con el terror de Mario Bava o Argento?

Por supuesto. Operazione Paura, de Bava, es una película maravillosa. Aterradora, gótica, pero también muy creíble: me fascinan su luz y su fotografía.

¿Qué más influencias tiene Shutter Island?

Con diez años iba a sesiones dobles, donde veía cine negro de Fritz Lang e Invaders of Mars, de William Cameron Menzies. Esa mezcla se quedó en mi cabeza: oscuridad, temor, miedo al comunismo e invasiones alienígenas. Todo eso se refleja en mi película.

¿Gustará al público?

Tenemos una buena historia y estrellas, así que espero que sí. Pero, sinceramente, no sé lo que le gusta al público hoy en día.

El año pasado, El caballero oscuro. Y éste, Avatar.

El caballero oscuro es muy brillante, como lo eran las de Burton, pero no deja de ser una película de Batman. No me interesa contar historias sobre un tipo con capa que salta por los edificios.

¿Y Avatar? ¿La ha visto?

Lo haré en cuanto regrese a EE UU. Cuando era pequeño ya había películas en tres dimensiones, y me encantaban. En realidad, los visionarios que inventaron el cine, los Lumière y Edison, ya pensaban en hacer películas con sonido, color y hasta en 3D. Siempre ha existido el afán de hacer experimentar al público, transportarlo a otro mundo, jugar con las dimensiones. Lo hacemos ahora, lo hacían en las cavernas y lo hacían Miguel Ángel o Vermeer.

¿Rodará usted en 3D?

Me encantaría, y quizá termine haciéndolo, pero creo que con una película para niños. Rodaría, en 3D, un libro llamado La invención de Hugo Cabret. Transcurre en los años treinta y también habla de cómo el cine influyó en genios como Picasso o Georges Braque.

¿Repetirá con DiCaprio?

Es un actor magnífico. A sus 35 a ños tiene un futuro increíble, y si sigue aprendiendo no tendrá límites. Es cada vez más versátil y profundo.

Uno de los más grandes del momento

  • Taxi Driver (1976): Todo lo bueno que anticipaba Malas calles (1973) se confirma en este icono de los setenta. De Niro encarna a un taxista loco por salvar a la sociedad y a la niña Jodie Foster.
  • Toro salvaje (1980): Considerada de manera unánime una de las mayores obras maestras del cine, brutal crónica de la autodestrucción de un memorable boxeador encarnado por De Niro.
  • ¡Jo, qué noche! (1985): El horroroso título español esconde una joya oculta en la filmografía del director. La velada pesadillesca de un pobre tipo que se cuelga con Rossanna Arquette.
  • La última tentación de cristo (1988): Scorsese, que llegó a pasar por un seminario, se atreve con una polémica visión de las últimas horas de Cristo. Obra maestra absoluta, la Iglesia se escandalizó ante un Jesús mucho más humano y, por extensión, creíble y adorable que el que suele difundirse desde los altares.
  • Uno de los nuestros (1990): Scorsese se rodea de algunos de los mejores actores de las últimas décadas (Robert De Niro, Joe Pesci) para rodar un violentísimo y trepidante cuento sobre el ascenso y la caída de un mafioso. En 1995 retomaría el género con la no mucho menos brillante Casino, donde repitieron De Niro y Pesci.
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