Música

Muse, un espectáculo de otra galaxia

El grupo británico Muse.
LIVE NATION

El grupo británico Muse aterrizó en este miércoles Madrid con la gira Augmented Reallity para ofrecer un directo -la única oportunidad de ver este año en España al trío de Devon- que, con un gran despliegue tecnológico y musical, llevaró al éxtasis a los más de 50.000 seguidores de la iconoclasta banda de rock.

Un engalanado Vicente Calderón se preparaba para acoger una de las fechas marcadas con letras mayúsculas en el calendario musical de 2010. Tras su paso por Madrid y Barcelona el pasado noviembre, Muse volvía con un espectáculo renovado para conseguir que el público siga creyendo en el rock diseñado para estadios.

Pero antes fue el turno para Editors, una de las formaciones indies con mayor futuro del Reino Unido gracias a canciones como An end has a start, Bullets y Munich. Pese a su papel secundario en la noche mágica del Calderón, su actuación como teloneros sirvió para dejar fértil el terreno a los actores principales.

Audiencia enfervorecida

Pasadas las diez de la noche la misteriosa nave nodriza a la que se asemeja el escenario abrió poco a poco sus compuertas. La aparición de Bellamy, Dominic Howard y Chris Wolstenholme estuvo acompañada por la histeria de una audiencia enfervorecida que acababa de entrar en trance con Uprising.

Sin tiempo para reponerse de la tormenta desatada por esta canción, el público se sumergió en la oscuridad de Supermassive Black Hole. New Born fue uno de los temas rescatados del álbum Origin of Symmetry (2001), un disco que marcó las diferencias entre Muse y cualquier otro grupo de rock alternativo.

De blanco inmaculado la banda británica esperaba que con Hysteria el público de las gradas abandonara definitivamente los asientos, algo que lograron; con United States of Eurasia la ópera se convirtió en otro de los inesperados géneros a los que se acercó el trío inglés.

Un platillo volante

Entre Resistance y Starlight hubo tiempo incluso para el flamenco. La hinchada de Muse celebraba desde las gradas el detalle de los músicos con el público español al ritmo de "¡Torero, Torero!". La tecnología estuvo muy presente durante toda la actuación.

La implicación del público fue total y, por expresa petición del batería, los móviles y los mecheros alumbraron la oscura Unintended.  Las plataformas elevaban a los altares del rock a la superbanda británica; lo que quizás muchos no sabían era la última sorpresa de la noche en forma de platillo volante.

Con la boca abierta el Vicente Calderón fue testigo de un avistamiento alienígena en toda regla cuando un extraterrestre salió de su nave para invadir el coliseo rojiblanco. Tras la vanguardista apuesta de Muse era el momento para repasar los lugares más selectos de la discografía de los ingleses.

Take a Bow, Plug in Baby y Knight of Cydonia cerraron el repertorio de un grupo que demostró pertenecer, durante más de dos horas, a otra galaxia.

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