Internacional

Último pulso entre los sindicatos y Sarkozy

Con el transporte semi paralizado; los ánimos de los estudiantes encendidos; el 20% de las gasolineras cerradas... Así afronta Francia su novena huelga general del año, una jornada que se escruta para averiguar quién gana el último pulso entre Gobierno y los sindicatos por la polémica reforma de las pensiones.

Lejos de desmovilizar a los franceses, tanta protesta ha endurecido sus posturas. La tensión entre Gobierno y sindicatos se refleja en la nueva jornada de huelga que apoyan el 71% de los franceses, según un sondeo de CSA, en la que hay programadas 266 manifestaciones y en la que los kioscos amanecieron sin periódicos.

Los cierres de las refinerías, que empezaron el pasado viernes,  han dejado a cero los surtidores de más de 1.500 estaciones de servicio (de las 12.000 que hay en el país), y la amenaza de desabastecimiento -que afecta sobre todo al oeste de Franica y a la región costera de Normandía- ha obligado al Gobierno a recurrir a las reservas gubernamentales para que no se cierre, entre otras instalaciones, el aeropuerto Charles de Gaulle.

"En cuatro o cinco días"

Los problemas en el abastecimiento han obligado a Sarkozy a poner en marcha un gabinete de crisis desde el que seguir los acontecimientos de este martes negro.

En relación con este problema, el primer ministro Francois Fillon confía en que la distribución de combustible vuelva a la normalidad "en cuatro o cinco días". Fillon se refirió a este "plan de transporte" en la Asamblea Nacional. La comisión está liderada por el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau, según informan los medios locales.

A la falta de combustible hay que sumar los cortes de tráfico de los camioneros y, sobre todo y lo más visible, las manifestaciones de los estudiantes, quienes han protagonizado enfrentamientos con la Policía en localidades como Lille y Roubaix (norte) o Mulhouse (noroeste), Lyon (este) o Marsella (sur), entre otras.

Los intercambios de piedras y gases lacrimógenos entre estudiantes y policías en algunos puntos del país, sumados a la quema de algunos vehículos en la vía pública, se saldaban este lunes con la detención de unos 200 jóvenes.

Sarkozy contra los sindicatos

Las primeras informaciones del seguimiento de la jornada de huelga señalan que el aeropuerto de Orly funciona al 50%, el de Charles de Gaulle y el resto de aeródromos del país, al 30%, mientras que el de Burdeos tiene sus accesos por carretera bloqueados por piquetes. En cuanto a los ferrocarriles, circulan aproximadamente uno de cada dos, el metro algo más y el tráfico por carretera empieza a notar el efecto 'caracol' en las entrada a París.

Un tercio de los maestros de primaria se suma a la huelga, según los sindicatos, cifra que el Ministerio de Educación reduce al 10%, a lo que hay que añadir el bloqueo de cinco universidades. La huelga también tendrá repercusión en la empresa pública de correos, La Poste, en France Télécom y en el sector público audiovisual.

El Gobierno francés ha lanzado esta semana varios mensajes con espíritu tranquilizador, como el del ministro de Industria, Christian Estrosi, que afirmó que el Gobierno no aceptará que haya "un bloqueo en el conjunto de las refinerías" y para impedirlo anunció que tomará "las medidas que sean necesarias".

El Presidente, sin embargo, señaló tras un encuentro con la canciller alemana Angela Merkel, que aplicará la reforma de las pensiones, pese a la oposición que genera. "Esta reforma es esencial. Francia se ha comprometido" a llevarla a cabo, subrayó Sarkozy.

Los sindicatos esperan tener este martes una gran respuesta a su llamamiento a las movilizaciones contra el retraso de la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 para cobrar el total de la pensión. Mientras, en el Senado, la discusión de las 500 enmiendas interpuestas por los partidos de izquierdas a la norma podrían desplazar la votación de este miércoles al jueves por la tarde.

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