Transformó la ciudad a su aire

De la A a la Z: Las claves de su carrera política y humana. Convicciones y talante le facilitan la tarea de embajador ante la Santa Sede. Pero el cambio podría ser también una fuga.
Las más admiradas: Paseo Marítimo. Una ventana al mar de 12 kilómetros de longitud para el disfrute ciudadano. Su éxito estimuló iniciativas análogas en otras ciudades de Galicia.
Las más admiradas: Paseo Marítimo. Una ventana al mar de 12 kilómetros de longitud para el disfrute ciudadano. Su éxito estimuló iniciativas análogas en otras ciudades de Galicia.
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Las más admiradas: Paseo Marítimo. Una ventana al mar de 12 kilómetros de longitud para el disfrute ciudadano. Su éxito estimuló iniciativas análogas en otras ciudades de Galicia.
El modelo de gestión de Francisco Vázquez en A Coruña ha sido deseado por otras ciudades gallegas. En las luces y sombras de su travesía pública cuentan aspectos como los siguientes.

Amigos: Los ha cultivado siempre. Hasta que, por motivos políticos o personales, se ha sentido traicionado. Entonces se vuelve implacable: «Perdono como cristiano, pero no olvido» es una de sus frases. El cóctel de amistad, política y negocios salpica una parte sustancial en la política municipal que ha desarrollado.

Bandera: Inauguró el pasado 12 de octubre el monumento a la bandera española en la Coraza del Orzán. Fue una decisión personal, por querer dar testimonio de su amor a España, obviando la drástica división ciudadana que suscitó y que se mantiene en torno a la enseña y su vigilancia policial.

Coruñesismo: Desde su apasionada, y frustrada, defensa de la capitalidad de Galicia en A Coruña, su gestión dentro y fuera de María Pita ha estado marcada por la exaltación de su ciudad. «Mi ambición política empieza y acaba aquí» es otra de sus frases. Aunque ahora se vaya.

Diálogo : El institucional ha sido una invocación muy frecuente en su actuación política. Le llevó a acercamientos que sus compañeros de partido consideraban antinatura: «Cosas de Paco», se encogían de hombros. Su relación con Fraga o con el también popular Xosé Cuiña, su «amigo Pepe», fueron como dolor de muelas en los despachos del PSdG. Nunca le ha gustado dialogar con quienes le criticaban.

Escándalos : Frecuentes en su gestión urbanística. En numerosas ocasiones fue llevado a los juzgados. «Estoy acostumbrado a perder en los tribunales de Galicia y a ganar en el Supremo». En dos ocasiones se autodenunció, las causas fueron archivadas. Lo último, las alianzas de su familia directa con el constructor Antonio Fontenla, presidente de los empresarios gallegos.

Familia : La considera sagrada. Hijo único, sentía una gran devoción por su padre. Su mujer y cuñados han sido beneficiarios muchos años en negocios inmobiliarios ligados a decisiones municipales. Antes se dedicaban a otra cosa.

Guerrista: Lo fue siempre de modo explícito. Y Alfonso Guerra, su huésped muchas veces en la casa de Gandarío. El viernes volvieron a encontrarse y echarse flores en A Coruña.

Humano: Sentimental, galante, simpático e irresistible en las distancias cortas. A veces, iracundo. Le gusta vestir bien y combina su afición por la gomina con otras más dandis, como los sombreros de jipijapa. Acumula y luce distinciones, entre ellas la de sir británico.

Iglesia: Republicano y juancarlista, socialista y católico devoto. La disciplina de partido raramente le afecta si las siglas se entrometen en sus convicciones, que prevalecen cuando le obligan a elegir: llámese ley del aborto o matrimonio homosexual.

Juventudes  de Estudiantes Católicos. En sus reuniones comenzó a forjar su ideología. Era el alumno con más matrículas de honor de su promoción –la Vaticano II– en los Maristas. Después se apasionó con Albert Camus –sus amigos le llamaban Camiseta por la brasa que daba– y, en política, con De Gaulle.

Kwai: El puente sobre el río Kwai es su película favorita, la vio muchas veces. Además, es un apasionado de los tebeos, atesora una de las mejores colecciones de España y el Salón del Cómic traduce su devoción por el género. Pero tiene lecturas más amplias y un bagaje cultural de respeto.

La coruña: Nadie le pudo convencer de que la Lei de Normalización Lingüística establece A Coruña como único topónimo de la ciudad. Defendió la ‘L’ en los tribunales, y perdió. Entonces se amparó en la Ley de las Grandes Ciudades, y la recuperó. «¡Viva La Coruña!», acabó su discurso del viernes.

Museos científicos: Las casas de las Ciencias, del Hombre y de los Peces gozan de reconocimiento unánime como logros de su gestión educativa y cultural. Las dirige su amigo de infancia Ramón Núñez.

Nacionalismo: Sólo el español. Se declara galleguista. El BNG ha sido siempre su bestia negra.

Obelisco milenium: Lo mandó construir para recibir el milenio. Su  coste (más de 3 millones de €) desató muchas críticas y un mote: el pirulí de Paco.

Populismo: Ha ejercido sus resortes con gran maestría, lo que le ha permitido sintonizar y captar votos a derecha e izquierda.

Rigores: No permitió nunca la menor fisura en sus equipos de gobierno. Quien se desmandó lo pagó. En el Palacio de María Pita él ha sido un rey Sol.

San pedro: El monte de San Pedro, futurible parque Atlántico, es su ojito derecho, con obra faraónica incluida: un ascensor de cristal que le entusiama para coronar la cima. 

Trabajo: Secundó la profesión de su padre, inspector de Trabajo, y en las oficinas de A Coruña heredó su mesa. Mantuvo siempre muy buenas relaciones con UGT.

Urbanismo: Anuló un Plan General que había aprobado la corporación precedente e impuso el suyo, que empezó a desarrollar con un polémico lote de ocho parkings subterráneos. La ejecución de los nuevos diseños ha ido acompañada por denuncias de favoritismos.

Vertedero de bens: En 1996 su derrumbe destapó una pésima gestión municipal, que él transformó en victoria con su rápida conversión al ecologismo.

Xunta: Fue candidato a presidirla en 1981, pero su lista quedó en tercer lugar. A partir de entonces centró sus expectativas políticas en A Coruña.

Zapatero: Confía en sus dotes para embajador ante la Santa Sede y ataja su declive político en la alcaldía, así como las explicaciones en torno a turbios negocios aireados por la prensa y que incomodan al PSOE.

Legado: Deja como alcalde una obra urbanística sin precedentes. Transformó la ciudad con nuevos barrios y dotaciones, aunque sobre algunas de estas actuaciones pesan también las sombras de una gestión de escasa transparencia y déficit democrático.

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