El arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Griega en Jerusalén destaca la "unión espiritual" entre Tierra Santa y Santiago

El arzobispo de Sebaste y líder del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Griega en Jerusalén, Theodosious Atallah Hanna, ha destacado este martes la "unión espiritual" existente entre Tierra Santa y Santiago de Compostela.

Durante un encuentro con los medios con motivo de su visita a Compostela, el patriarca de Jerusalén ha mostrado su emoción al entrar en la Catedral de Santiago y visitar el sepulcro del Apóstol, tras lo que ha sentido una "unión espiritual entre Santiago y Jerusalén" que va "más allá del tiempo y de los lugares".

En concreto, el arzobispo ha señalado que las calles estrechas de Compostela le recuerdan asimismo a las de Jerusalén y ha recordado que el propio Apóstol Santiago llegó a Galicia desde Tierra Santa.

"El Apóstol Santiago fue asesinado por los paganos romanos y su sacrificio es por haber defendido una causa", ha indicado el arzobispo de Sebaste, al tiempo que ha recordado que en Oriente Medio esta situación se mantiene y "un palestino puede perder su vida sólo por ser palestino".

En la misma línea, ha asegurado que los palestinos cristianos "sufren la misma discriminación que los islámicos" y ha intentado "transmitir al mundo este dolor" para que la sociedad "apoye y sea solidaria con los palestinos" como "deber de todo cristiano y ser humano".

Autoridades civiles y religiosas

Durante su visita a Santiago, Theodosious Atallah Hanna aprovechará para reunirse con el arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, y con distintas autoridades civiles, a quienes presentará un documento realizado por el Sínodo de Obispos para Oriente Medio.

En este texto se recogen los "numerosos desafíos" a los que se enfrentan los cristianos en Tierra Santa, tanto internos como provocados por "las condiciones políticas y de seguridad" de los países de Oriente medio y su pluralismo religioso.

"Vemos que una paz justa y definitiva es el único medio de salvación para todos", reza el documento, que reflexiona sobre las relaciones entre cristianos, musulmanes y judíos y reclama a los gobernantes que "redoblen" sus esfuerzos para "establecer una paz justa y durable en la región".

Paralelamente, hacen un llamamiento a la ONU para que "trabaje sinceramente por una solución" de paz en Oriente Medio, mediante "la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad" y tomando "medidas jurídicas necesarias para poner fin a la ocupación de los diferentes territorios árabes".

Con ello, señalan, la Ciudad Santa de Jerusalén podrá "obtener el estatuto justo que respete su carácter particular, si santidad y su patrimonio religioso para cada una de las tres religiones". EQUIDAD

Para el líder de la Iglesia Ortodoxa en Jerusalén, la paz en Oriente Medio y, en particular, en Palestina, pasa por fomentar la "equidad" entre ciudadanos y por "eliminar la colonización" y favorecer "el retorno de los palestinos en la diáspora".

"En Palestina hay grandes violaciones de los derechos humanos", ha indicado Atallah Hanna, al tiempo que ha lamentado que "todas las negociaciones y acuerdos" que se han intentado poner en marcha entre palestinos e israelíes no hayan llegado "a ninguna salida".

En particular, el arzobispo ha criticado que las "grandes potencias mundiales que iban a respaldar" un proceso de paz se hayan "posicionado" junto a uno u otro bando y ha reclamado "imparcialidad" para conseguir "una buena salida".

En la misma línea, ha criticado que en las negociaciones se hable de paz "como si fuese algo abstracto" y ha recordado que "sin una justicia real no se puede llegar a la paz". "Las potencias militarizan y proporcionan armamento al pueblo israelí. No es justo", ha señalado. MARTIRIO

Para finalizar, Theodosious Atallah Hanna ha precisado que los palestinos "no son amantes del martirio" si no que "aman la vida, pero una vida libre" y "tranquila" como la que se "disfruta en Europa".

"Lo que choca no son las religiones ni las culturas, son los intereses", ha indicado el arzobispo, al tiempo que ha criticado la "manipulación" existente en las grandes religiones que, "en si mismas, como credo, son inocentes".