Internacional

La prensa extranjera, objeto de detenciones, agresiones y amenazas en Egipto

Protestas violentas en Egipto.
Yannis Behrakis / REUTERS

La prensa internacional continúa siendo objeto de detenciones, agresiones y amenazas en Egipto, lo que ha llevado este jueves a EE UU a pedir la puesta en libertad de los informadores y a los principales líderes europeos a calificar de "inaceptables" los ataques contra estos profesionales. Las cifras de periodistas detenidos en El Cairo varían a cada momento y, en el caso español, la policía militar egipcia liberó a última hora de este jueves a seis periodistas del canal regional TV3, de Cataluña, a quienes trasladó con los ojos vendados a dependencias policiales.

En una jornada en la que se sucedieron las agresiones e intimidaciones a los informadores, partidarios del presidente egipcio, Hosni Mubarak, rodearon el céntrico hotel Ramsés Hilton en busca de los corresponsales extranjeros que se alojan allí, según testigos. Los periodistas extranjeros denuncian un grave empeoramiento de sus condiciones de trabajo por el deterioro de las condiciones de seguridad y, así, este jueves se produjeron ataques a estos profesionales en los alrededores de la plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones contra el régimen de Mubarak.

Al tiempo, equipos de los medios de comunicación son requisados y la oficina en El Cairo de la cadena de televisión Al Jazeera sigue ocupada por las autoridades. Ante esta situación, la Casa Blanca condenó el "tratamiento a los periodistas en Egipto" que trabajan en la cobertura de los disturbios, subrayó que "los detenidos deben ser liberados" y tachó de "inaceptable" el "sistemático señalamiento" de los informadores.

Previamente, el Departamento de Estado de EE UU había calificado los ataques contra la prensa internacional de "campaña concertada de intimidación" para interferir con su trabajo. También los principales líderes europeos aseguraron que "las agresiones contra los periodistas son totalmente inaceptables", en una declaración conjunta firmada por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy; el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; la canciller alemana, Angela Merkel, y los primeros ministros británico, David Cameron, e italiano, Silvio Berlusconi.

"Intimidaciones inaceptables"

En Madrid, al finalizar la XXIII cumbre hispano-germana, Merkel denunció las dificultades de los periodistas para informar con libertad y dijo que el presidente y el Gobierno egipcios deben asumir su responsabilidad para que los medios de comunicación puedan informar. En el mismo sentido, la responsable de política exterior de la UE, Catherine Ashton, consideró "inaceptables" las intimidaciones y agresiones contra los informadores.

Asimismo, el Gobierno de Canadá solicitó al Ejecutivo egipcio que proteja "a los manifestantes pacíficos y los periodistas contra más ataques". A las condenas por los actos de violencia de que son objeto los informadores cometidos supuestamente por partidarios de Mubarak se sumó la organización defensora de la libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras (RSF).

"Este desencadenamiento de violencia contra los profesionales de los medios -señaló- es particularmente repulsivo. Llegados para cubrir los acontecimientos en Egipto, varios de ellos han sido directamente atacados por partidarios del jefe de Estado y policías infiltrados". Asimismo, Amnistía Internacional denunció la detención de informadores y resaltó que "las autoridades egipcias deben garantizar la protección de manifestantes, periodistas y militantes de los derechos humanos".

Partidarios del presidente egipcio Hosni Mubarak agredieron este miércoles al enviado especial de TV3 a Egipto Joan Roura mientras informaba en directo desde encima de un tanque de la manifestación que se desarrolla en la plaza Tahrir de El Cairo contra el Gobierno.

Roura, que ha podido proseguir con su crónica, ha sido agredido por un hombre que, armado con una pistola, le ha empujado para que dejara de informar de los acontecimientos. La agresión al reportero catalán se suma a la sufrida también por la corresponsal de RTVE, Rosa Molló, y por el enviado especial de El Mundo, así como a los destacados por la Cadena Ser y por Telecinco.

La prensa está en el punto de mira de los manifestantes pro Mubarak, que con estas agresiones contra los periodistas y sus cámaras pretenden parar la información internacional de los acontecimientos en Egipto.

También el equipo de Anderson Cooper, de la cadena de televisión estadounidense CNN, era atacado ayer en las cercanías del Museo Egipcio por partidarios del presidente. Anderson dice que fue golpeado "diez veces en la cabeza cuando una turba de partidarios de Mubarak les rodeó a él y su equipo cuando intentaban cubrir la manifestación", han explicado.

Previamente, la cadena Al Arabiya había informado de que uno de sus equipos también había sido atacado por partidarios de Mubarak y que uno de sus reporteros había tenido que ser llevado al hospital. Asimismo, había indicado que "manifestantes" habían tratado de irrumpir en su oficina el El Cairo, sin precisar si eran partidarios o detractores del presidente.

La responsable de política exterior de la UE, Catherine Ashton, ha recordado en un comunicado a Mubarak que "las agresiones contra los periodistas son totalmente inaceptables".

Por otra parte, este jueves a mediodía el reportero Hamish Macdonald de Ten Network Australia tuiteaba: "Acabo de ver a un periodista extranjero que lo llevaban a rastras una multitud enfurecida. No sé a dónde van", dice la BBC.

Ingresado de gravedad

El reportero de la cadena de televisión pública sueca SVT desaparecido el jueves en El Cairo se encuentra ingresado en un hospital de la capital egipcia y su estado es grave pero estable, según ha informado la dirección del canal.

El periodista Bert Sundstroem recibió una puñalada en la espalda y tuvo que ser operado, aunque ningún órgano vital se encuentra afectado, señaló Ingrid Thoernqvist, jefa del departamento de Internacional de la cadena.

El canal sueco está estudiando con los médicos del hospital la posibilidad de trasladar a Sundstroem a otro centro en los próximos días.

Cuando luego quisieron contactarle por teléfono, en lugar de su voz escucharon otra en árabe asegurando que el reportero había sido secuestrado y que estaba en manos de partidarios del presidente egipcio, Hosni Mubarak, según SVT.

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