Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Cuando la provocación marca la agenda de la política, los medios y las redes

La portavoz y secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, aseguró este jueves, en un acto público en la localidad onubense de Lepe, que Julio Anguita, histórico dirigente de IU, "se sentiría orgulloso de Vox" porque vería en el partido de Abascal "representado el espíritu de su lucha".
La portavoz y secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, aseguró este jueves, en un acto público en la localidad onubense de Lepe, que Julio Anguita, histórico dirigente de IU, "se sentiría orgulloso de Vox" porque vería en el partido de Abascal "representado el espíritu de su lucha".
La portavoz y secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, aseguró este jueves, en un acto público en la localidad onubense de Lepe, que Julio Anguita, histórico dirigente de IU, "se sentiría orgulloso de Vox" porque vería en el partido de Abascal "representado el espíritu de su lucha".

Vox es hábil a la hora de marcar la agenda de los medios de comunicación, las redes sociales e incluso sus rivales políticos. La estrategia es sencilla: lanzan un mensaje que va a irritar y, de esta forma, se colocan en el centro del mapa de la conversación social. Incluso poniendo en el debate público temas que ya no están, desde hace décadas, en la sensibilidad real de la calle. 

La táctica es perfecta para tiempos de redes sociales en los que la indignación gana a la razón. Consumimos tan rápido los impactos informativos que no siempre pensamos antes de contestar frenéticamente a lo que enoja y, como consecuencia, sólo se consigue amplificar aquellos mensajes que se pretende rebatir. Sucede constantemente. Los derechos humanos no están a debate. Pero en las redes sociales se cae en la trampa de entrar a debatir todo y, por tanto, a veces, se proyecta que hasta los derechos fundamentales pueden ser antagonistas de algo. Así son las tóxicas paradojas de la viralidad. 

También ocurre en la estrategia de posicionarse y marcar la agenda a los partidos políticos. Un ejemplo: uno de los últimos anzuelos en los que han picado propios y extraños ha sido el golpe de efecto de Macarena Olona al realizar una oda a Julio Anguita. Aparentemente reivindica al líder de Izquierda Unida. Sin embargo, este sorpresivo discurso en memoria de Anguita como hombre del pueblo es astuto para conseguir colocar el foco mediático en Olona. 

Vox pone en valor a un emblema de la izquierda y ya es titular de todos los medios de comunicación porque atesora un reclamo potente por inesperado, contradictorio y polémico. Es más, provoca la indignación de la izquierda. Jugada redonda: un discurso que iba a pasar desapercibido consigue ser destacado en todos los medios de comunicación y logra también posicionarse con fuerza en las redes sociales. No porque cuente con una argumentación relevante. Al contrario, su éxito está en que despierta la furia de la irritación. Y la ofensa es lo que actualmente nos moviliza con más vigor para pinchar en una noticia o retuitear un comentario en la red social del pajarito. 

"Utilizan un mensaje muy simplificado e incluso imperfecto, que les humaniza"

Rebatir en las redes sociales cada mensaje no es siempre una estrategia inteligente, pues al final puede servir para promocionar tal mensaje. En los partidos más populistas lo saben y utilizan esa arma para alcanzar la relevancia. De hecho, los comentarios más exagerados y, a veces, excéntricamente más surrealistas suelen terminar por hacer entrañables a estos políticos ante una parte del público. Porque utilizan un lenguaje muy simplificado e incluso imperfecto, lo que les humaniza. No explican un futuro a través de complicados planes de gestión para un porvenir mejor, directamente van a por los sentimientos más bajos. Como la rabia, provocada por la demagogia más simplista y uno de los caminos que más popularidad otorga en la era del retuiteo rápido.  Otra historia es la consistencia de esa fama. Volátil fama. 

Lo que más chirría es que, en los medios de comunicación, los periodistas no incidamos más en ese espíritu crítico que, antes de dar la noticia como buena, explique la perspectiva del motivo de que se suelte un determinado mensaje. La información tal vez no está tanto en la reivindicación de Anguita por Macarena Olona. Probablemente, la información está más en indagar en cómo al utilizar a un icono de la izquierda se logra que los rivales políticos y las redes sociales sigan la agenda marcada por Vox y aúpen el liderazgo de Olona.

Rebatir como Vox esperaba sólo es autorizar públicamente una arenga que, en realidad, cae por su propio peso. Cuando tal vez es más sencillo recalcar que se utiliza la provocación para alcanzar una rauda visibilidad pública sin necesidad de consistentes programas de gestión política. Pero esta explicación es demasiado compleja para la tele de hoy, quizá.

Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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