Los japoneses son tecnológicamente perfectos. Nada les falla, va todo sobre raíles... En cambio en España las cosas van muy mal: estáis acostumbrados a que el autobús falle, a que llegue tarde... Qué bonita es la teoría, y qué diferente es la realidad.
Mirad lo que le ha pasado a mi compañero de Cope Isaac Fouto: media hora montados en el autobús después de las pruebas de aguas bravas, y les han bajado con 200 policías rodeándoles. Y no saben por qué, porque tampoco han dado muchas explicaciones.
Este es un ejemplo de los muchos que están pasando aquí en estos Juegos. La organización está siendo, sin ser crueles, justita. Este es el quehacer diario que estamos teniendo los corresponsales en Tokio, en unos Juegos Olímpicos que están siendo complicados para todos en todos los aspectos.
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