![Mercedes Milá en 'Milá vs Milá'](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/uploads/imagenes/2021/10/19/mercedes-mila-en-mila-vs-mila.png)
A priori, el nuevo programa de Mercedes Milá, Milá vs Milá, ya venía con una premisa poderosa: un formato sobre el paso del tiempo, sobre cómo éramos antes y cómo somos ahora. La producción de Movistar Plus y Zanskar reencuentra a Mercedes con invitados estelares que ya entrevistó en sus clásicas entrevistas de los ochenta y noventa. Y revisiona aquella televisión en la que sólo bastaba una mesa, una conversación y dos personas en primer plano.
Pero, una vez vistas las dos primeras entregas de Milá vs Milá -la primera con José María García y la segunda, que se estrena esta noche, con Massiel-, el programa te hace olvidar todas las premisas preconcebidas y te quedas atrapado por la inspiración de la charla. Eso es la buena entrevista, al fin y al cabo, la que no busca sólo el titular que el periodista necesita y deja que el entrevistado le sorprenda. Entonces, el periodista logrará titulares mucho mejores de los que imaginó en casa. Y en eso es maestra Mercedes Milá.
Porque el periodismo es Mercedes Milá. Su mirada representa la escucha en su máxima expresión, absorbiéndote, disfrutándote y, sobre todo, intentando entenderte.
Milá transmite que da igual el tema del que hable el entrevistado: todo parece que le interesa. Y todo lo vive con una actitud transparente. Porque Mercedes Milá no sólo comunica con la voz, lo hace también con su expresión corporal. Así implica a la audiencia. De hecho, en Milá vs Milá subraya las declaraciones potentes del invitado sin necesidad de decir nada, sólo girando sus ojos a cámara y hablando a la audiencia con mirada elocuente.
Eso es comunicar: no olvidarte de escuchar al público sin dejar de escuchar al invitado. Y encima que parezca fácil, ya que es muy complicado. Pero Mercedes Milá logra ese clima de complicidad en un frío plató, también por su generosidad a la hora de compartir. No teme implicarse en lo personal. No tiene demasiado que ocultar. Es más, ahora proyecta que está tranquila consigo misma.
"En televisión, la mejor curiosidad es la que no puedes disimular y terminas contagiando a la audiencia"
Y así crea una atmósfera de sinceridad aplastante. Y ya si se junta con Massiel, que es otra generosa delante de la cámara, pues no tienen ni complejos para hablar del hombre que tuvieron en común. Incluso para convertir ese vínculo en un humanizador running gag (gag recurrente), que sirve de hilo conductor que engancha a un espectador que se queda entusiasmado al poder escuchar a dos personas que han vivido tanto con tantos referentes y encima son espléndidas en la forma de narrarlo. No quedándose en lo obvio y resaltando el matiz, clave del buen periodismo.
La propia Milá incide en la entrevista que cualquier cosa que nombres a Massiel, ella te hace un relato existencial cargadado de datos, detalles, circunstancias y espíritu crítico. De hecho, a la propia Milá le sucede lo mismo. Porque no sólo viven, también se implican con la vida. Eso es el periodismo, vivirlo desde esa honestidad que sabe que la pasión no es incompatible con el rigor de la mejor curiosidad: la curiosidad que no puedes disimular y terminas contagiando.
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