El país no se ha quitado el luto oficial, pero el Gobierno aprieta el acelerador. Tras el mazazo del cierre de Nissan y la crisis en Interior-, Pedro Sánchez confirmó la última prórroga del estado de alarma, pactada con PNV y ERC, y anunció que la gestión de la crisis pasa a las autonomías.
El presidente vuelve a la casilla de salida, pero el país ya no es el mismo. Harán falta todas las manos, y escuchar a todas las voces, para ir hacia adelante.
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