OPINIÓN

'Gripelizar'

Entre los casos positivos confirmados hay pacientes que manifestaban fatiga intensa, cansancio generalizado o dolor de garganta. Así, la sintomatología es leve y no se observan características frecuentes de otras cepas, como la pérdida del gusto y del olfato.
Entre los casos positivos confirmados hay pacientes que manifestaban fatiga intensa, cansancio generalizado o dolor de garganta. Así, la sintomatología es leve y no se observan características frecuentes de otras cepas, como la pérdida del gusto y del olfato.
Entre los casos positivos confirmados hay pacientes que manifestaban fatiga intensa, cansancio generalizado o dolor de garganta. Así, la sintomatología es leve y no se observan características frecuentes de otras cepas, como la pérdida del gusto y del olfato.

La semana pasada, seis médicos con acceso a la Casa Blanca publicaron tres artículos en el Journal of the American Medical Association (JAMA) para argumentar y defender que ya ha llegado la hora de acometer un nuevo enfoque de la pandemia, un nuevo enfoque que “deje de lado la campaña de erradicación del virus y se pase a otra tendente a vivir con la enfermedad Covid-19”. 

Incluso, en uno de Los artículos, se aboga por no rastrear al dichoso coronavirus por sí solo, sino junto a otros virus respiratorios como la gripe, por ejemplo. Es decir, que se asuma que el SARS-CoV-2, con sus múltiples mutaciones, nos ha ganado la batalla y que no podremos hacerlo desaparecer. Por lo tanto, hay que cambiar de estrategia.

Después de tantas contradicciones, confusiones y vedetismos, se agradece que se sea sincero como lo es Michael Osterholm, epidemiólogo y director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Minnesota, firmante de uno de los artículos, cuando dice: “Todavía estamos realmente en las edades de las cavernas en términos de entender cómo surgen los virus, cómo se propagan, cómo comienzan y se detienen y por qué hacen lo que hacen”.

Como ayer se supo, Moncloa estaría elaborando algo semejante a lo que proponen los expertos estadounidenses.

Si no aparece una mutación más grave que la ómicron, empezaremos a ver muy pronto que el nuevo plan entra en vigor. También lo sabremos, aunque no lo digan, cuando los medios se abstengan también de emitir las declaraciones que haga cualquiera que se mueva

Es obvio que, si no aparece una mutación más grave que la ómicron, empezaremos a ver muy pronto que el nuevo plan entra en vigor. También lo sabremos, aunque no lo digan, cuando los medios dejen de bombardearnos las 24 horas del día con las tasas locales de contagios y se abstengan también de emitir las declaraciones que haga cualquiera que se mueva. 

Habremos entrado, entonces, en lo que algunos ya llaman “gripelización”, si se me permite el palabro. Es decir, en hacer lo mismo que se hace con la gripe. Eso sí, me parece que no nos desharemos de la mascarilla fácilmente.

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