Manuel Mostaza Barrios Politólogo y Director de Asuntos Públicos de ATREVIA
OPINIÓN

El año del desastre

Pablo Casado se ha situado enfrente de la candidatura de Pablo Iglesias a la Comunidad de Madrid, anunciada este mismo lunes, y lo ha hecho de forma tajante. "Pablo Iglesias ha decidido llevar a Madrid un proyecto comunista simpatizante con regímenes totalitarios", comentó el presidente del PP sobre la noticia. Además, ha acusado a Pedro Sánchez de "desestabilizar" al país en plena pandemia.
Pablo Casado (d) y Pedro Sánchez (i), en el Congreso.
Pablo Casado se ha situado enfrente de la candidatura de Pablo Iglesias a la Comunidad de Madrid, anunciada este mismo lunes, y lo ha hecho de forma tajante. "Pablo Iglesias ha decidido llevar a Madrid un proyecto comunista simpatizante con regímenes totalitarios", comentó el presidente del PP sobre la noticia. Además, ha acusado a Pedro Sánchez de "desestabilizar" al país en plena pandemia.

El Partido Popular cierra el año encabezando las encuestas, un primer puesto al que llegó después de su aplastante victoria en las elecciones autonómicas madrileñas de mayo y en el que aparece consolidado siete meses después. Los de Casado encaran el año 2022 limitando su trasvase de voto a un Vox que se consolida como tercera fuerza ante el progresivo debilitamiento de Unidas Podemos -al nivel ya de la Izquierda Unida de Julio Anguita). El intento de Yolanda Díaz de lanzar un Frente Amplio (sea eso lo que sea en un régimen parlamentario) no parece dar réditos a la formación dirigida por Ione Belarra después de su designación de Pablo Iglesias. No en vano, casi dos de cada tres españoles consideran que la reciente visita de la ferrolana al Vaticano obedece a un interés personal y no a razones de Estado o de gobierno.

Por lo que hace al Partido Socialista, es interesante destacar que un 10% de sus votantes se decanta por opciones que están en el centro (pierde más votantes hacia el declinante Ciudadanos que hacia Unidas Podemos) o la derecha de la formación dirigida por Pedro Sánchez (de igual manera, pierde más votantes que se van a Vox que los que se van al partido morado), todo lo cual parece avalar la idea de que el partido sufre una sangría clara por su flanco diestro.

Tampoco son buenas las noticias para el Gobierno cuando se analizan algunos de los temas que están ahora mismo en la agenda de los españoles: seis de cada diez ciudadanos creen que el Ejecutivo favorece “poco” o “nada” la recuperación económica (y al revés, solo uno de cada diez votantes ubicados en el centro político cree que el Gobierno está ayudando a que se produzca esa recuperación), mientras que tres de cada cuatro creen que la subida de la inflación no solo va a dificultar la recuperación económica, sino que además la mayoría de los votantes cree que esta subida de los precios está ya poniendo en aprietos su economía familiar. Y si de lo tangible nos vamos a lo simbólico, la última gran campaña del Gobierno, relacionada con el sexismo (¿?) de los juguetes apenas alcanza el aprobado del 30% de los votantes que la conocen.

En fin, y hablando de temas sensibles, la gran mayoría de los españoles quieren que se cumpla la sentencia que obliga a impartir en castellano al menos el 25% del contenido educativo en Cataluña. Además, casi ocho de cada diez votantes del PSOE creen que el Gobierno de la nación debería exigirle al Gobierno autonómico catalán el cumplimiento íntegro de las sentencias, lo que permite adivinar nuevos conflictos entre la formación socialista y sus votantes… Aunque no parecen los mejores augurios para el Gobierno a la hora de encarar el año 2022, parece que queda aún un largo camino hacia las urnas. Y en una democracia pluralista, hasta que no se cuenta el último voto no podemos dar nada por seguro. Esa es una de las grandezas de nuestro sistema.

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