Parecía que este día nunca iba a llegar. Y es que las mascarillas en los interiores se van como llegaron, como cualquier decisión que ha tomado el Gobierno de Pedro Sánchez durante la pandemia, de manera totalmente arbitraria.
En marzo de 2020 desaconsejaban su uso, incluso algunos ‘expertos’ de redes sociales ridiculizaban a quienes buscaban desesperadamente hacerse con alguna mascarilla. Después, de la noche a la mañana, se convirtieron en obligatorias por decreto, sin un Gobierno previsor que hubiera sido capaz de hacer acopio para asegurar el abastecimiento a la población. Caos, desesperación, sanitarios fabricándose mascarillas con lo que buenamente podían. Imágenes que ya forman parte de nuestra historia y que deberían haber supuesto la dimisión en bloque de todo el Gobierno.
Semanas esperando a que hicieran algo, pero fueron las comunidades autónomas las que tuvieron que remangarse y buscar material donde fuera posible. 22 aviones llegaron a la Comunidad de Madrid llenos de mascarillas demasiado buenas para la izquierda. Parece un mal sueño aquel tiempo en el que algunos desalmados criticaron a Isabel Díaz Ayuso por repartir mascarillas FFP2 a los madrileños.
Algunos desalmados criticaron a Ayuso por repartir mascarillas FFP2 a los madrileños
Y así fuimos pasando los meses, incrédulos ante un comité de expertos fantasma, estados de alarma selectivos y a la carta, estupefactos viendo que el rédito político que buscaba obtener Sánchez primaba sobre nuestra salud. Es posible que, todavía, no seamos plenamente conscientes de los atropellos que vivimos durante los peores meses de la pandemia bajo las órdenes de un Gobierno ausente.
Ahora las mascarillas desaparecen de los interiores de la misma manera en la que llegaron. Sin ningún informe técnico, sin nada que avale su eficacia, sin nada que justifique el motivo de que sea ahora y no semanas atrás, como pidió el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Nadie sabe si volverán ni si el criterio de Sánchez cambiará. Porque con el Gobierno de España nadie sabe nunca nada salvo que les molesta la libertad.
Comentarios