OPINIÓN

Un debate televisivo servido a ritmo de 'thriller'

El candidato de VOX, Santiago Abascal (c), y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias (d), momentos antes del inicio del único debate electoral.
El candidato de VOX, Santiago Abascal (c), y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias (d), momentos antes del inicio del único debate electoral.
EFE
El candidato de VOX, Santiago Abascal (c), y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias (d), momentos antes del inicio del único debate electoral.

La Academia de Televisión sirvió un debate a ritmo de thriller como el que protagonicé al volver a casa sin paraguas desde la Casa de Campo. Estuve viendo a los candidatos en ese escenario iluminado como una pista de aeropuerto, aunque no tengo claro si consiguieron aterrizar. Tampoco sé cuántos debates llenos de promesas llevamos ya.

Para la de seguridad era el tercero en el que trabajaba. Me lo contó después de pillarme entre bambalinas buscando el escalón de Rivera. También me dijo que no entendía qué hacíamos todos ahí "si ya lo han dicho todo". Razón no le faltaba. Rivera cambió listas hasta el suelo por adoquines (la de seguridad casi saca la pistola al verle). Iglesias saludó a los riders en vez de a taxistas. Casado cambió guiños a Vox por latigazos a Cs. Y Sánchez cambió... Seguro que algo hizo distinto, pero el caso es que todos modificaron solo la forma de los mensajes de siempre. Paradójicamente, esperan que el voto sea diferente.

"Abascal sabe que también representa a parte de la sociedad que ni es tan racista ni homófoba, pero sí española"

La única novedad fue Abascal, al que se le vio tan perdido como desinformado, pero poco le importa. Ya ha conseguido meter a Vox en el debate. Llega al mismo tiempo que sacamos a Franco, porque ambas cosas son consecuencia de la madurez democrática; ha pasado el suficiente tiempo como para desterrar al dictador y ponernos al día en el revival nostálgico instalado en Europa. Abascal sabe que subirá porque no solo representa a fascistas, sino también a parte de la sociedad que ni es tan racista ni homófoba, pero sí española. Me lo contó la de seguridad. También que "al coletas no le vuelvo a votar que no me va a arreglar lo de trabajar por obra y servicio". Tampoco la beca de su hija, ni la pensión de su padre. Duda de si lo hará Vox, pero "al menos es nuevo".

Al escuchar a Abascal pedir respeto por Franco, pensaba que igual esto ya no va de ideologías, sino de huecos. Él sabía que en la sociedad a la que la crisis envió a la casilla de salida había uno bien gordo y construyó un relato para taparlo. La culpa la tienen las políticas de los otros partidos que dejaron esos agujeros. A esos les sobraron minutos de oro y les faltó una disculpa por llevarnos a la parálisis política y a la vuelta de la ultraderecha al debate.

Una ideología que coarta libertades se desmonta con políticas cabales que remen juntas. Otra opción es imposible porque mayorías ya no van a volver. Hace falta más voluntad de formar gobierno, aunque la de seguridad me dijo al acabar que lo veía difícil: "Son mismo perro con distinto collar". Igual sí, pero lo que no admite debate es que ahora hay uno que muerde mucho más.

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