Ángel Garrido Consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.
OPINIÓN

Los imprescindibles frente al virus

Pasajeros en el metro mientras efectivos de la Unidad Militar de Emergencias patrullan en el segundo día laborable del estado de alarma por el coronavirus en Madrid, en Madrid (España), a 17 de marzo de 2020.
Una pasajera con mascarilla en el Metro de Madrid.
Eduardo Parra - Europa Press
Pasajeros en el metro mientras efectivos de la Unidad Militar de Emergencias patrullan en el segundo día laborable del estado de alarma por el coronavirus en Madrid, en Madrid (España), a 17 de marzo de 2020.

Tres semanas después de la declaración del estado de alarma, mientras médicos y sanitarios luchan por la vida de miles de afectados y la mayoría de los madrileños circunnavega responsablemente por los pasillos, habitaciones y salones de su vivienda, un reducido número de trabajadores mantiene en marcha la maquinaria del transporte público y otro asume la compleja logística que nos permite disponer de todos los productos de primera necesidad.

La demanda del transporte público se ha desplomado en estos días y podemos considerarlo un éxito, porque cuantifica el respeto del confinamiento que nos exige la lucha contra el Covid-19.

El primer jueves de abril de 2019, la red de nuestra Comunidad tuvo 5,6 millones de viajeros. El pasado jueves solo fueron 390.000. "Basta el mensaje de un médico agradecido por llegar al trabajo para que este esfuerzo tenga sentido"

Ese 7% lo conforman todos los profesionales de la sanidad, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, panaderos, investigadores, periodistas… que necesitan salir y volver a su casa. "Basta el mensaje de un médico agradecido por llegar al trabajo para que este esfuerzo tenga sentido"

"Basta el mensaje de un médico agradecido por llegar al trabajo para que este esfuerzo tenga sentido"

Porcentualmente no son muchos, pero hoy son héroes y para ellos mantenemos en marcha la red de transporte con otros profesionales también imprescindibles que cumplen horario, paradas y trayecto conscientes de la responsabilidad del servicio público, aunque sea para un mínimo número de usuarios.

Los conductores de Metro saben que al final del túnel, cuando detengan el convoy, estarán en el andén un exiguo número de viajeros, pero basta el mensaje de un médico agradecido por llegar, como siempre, a su centro de trabajo para que este esfuerzo tenga sentido.

Lo mismo se puede decir de taxistas, conductores de VTC y autobús, repartidores y transportistas.

"Ninguno de estos profesionales ha preguntado por qué no puede quedarse en casa, pero sí qué más puedo hacer"

Que encontremos de todo cuando salimos a hacer la compra, que nos llegue a casa cualquier producto que podamos necesitar, es fruto del esfuerzo de un sector profesional que ha visto cómo, por necesidad, se anulaban las limitaciones de horas de conducción y los periodos de descanso.

En estas semanas de gestión, ninguno de estos profesionales ha preguntado por qué no puede quedarse en casa, pero sí qué más puedo hacer.

El psiquiatra Andrew Solomon escribió que "las palabras tienen una fuerza propia que pueden derrotar nuestros temores". Me gustaría creer que este mensaje de profundo agradecimiento a nuestros profesionales del transporte tiene ese poder, pero su actitud me dice que ya lo han conseguido por sí mismos.

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