Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Ese "horrible Estado opresor"…

El líder de ERC, Oriol Junqueras, condenado a 13 años de cárcel por sedición y malversación en la sentencia del 'procés', camina para salir del Centro Penitenciario Lledoners (en el que lleva preso 853 días) desde dónde se desplazará hasta el campus de la
Oriol Junqueras.
Pau Venteo
El líder de ERC, Oriol Junqueras, condenado a 13 años de cárcel por sedición y malversación en la sentencia del 'procés', camina para salir del Centro Penitenciario Lledoners (en el que lleva preso 853 días) desde dónde se desplazará hasta el campus de la

Los líderes del procés condenados a diversas penas de cárcel e inhabilitación por sedición y en algunos casos también por malversación están a punto de pasar a un régimen de semilibertad tras la decisión de las prisiones catalanas de concederles el tercer grado.

El anuncio se produce casi nueve meses después de la sentencia y cuando no hacía mucho que podían ir entre semana a trabajar, a prestar un servicio de voluntariado o a cuidar a un familiar, gracias a unos programas diseñados con mucho primor para cada uno de ellos. El confinamiento obligó a suspender esas actividades fuera de la prisión sin que eso les haya impedido acceder a este nuevo régimen penitenciario con el que ya solo tendrán que ir entre semana a dormir a la cárcel o a un centro vigilado. Y muy pronto ni eso, pues enseguida les aplicarán el artículo 86.4 con el que podrán hacer vida normal.

"La salida a la calle de los líderes separatistas ayudará a que se aligere la tensión en Cataluña"

Seguramente todo eso es posible según la legislación penitenciaria, pero no cabe duda de que si las cárceles no dependieran de la Generalitat y no se tratase de políticos separatistas el tratamiento que hubieran recibido habría sido diferente.

El objetivo de una pena de cárcel no es que se cumpla íntegramente, sino que el delincuente se rehabilite. Los líderes del procés no tienen un problema de enraizamiento social, claro está, pero siguen sin arrepentirse de nada y tampoco han pedido perdón por el daño que ocasionaron al conjunto de la sociedad catalana. Si hoy es improbable que lo vuelvan a intentar, pese a su retórica todavía desafiante, es justamente porque se han pasado dos años y medio en la cárcel y han sido inhabilitados para el ejercicio de cargos públicos por todo el tiempo de la condena. Esa es la verdad.

"Ese 'horrible Estado opresor' ha sido benévolo con los cabecillas del 'procés', aunque eso nunca lo reconocerán"

Otra cosa es que seguramente el castigo es ya suficiente, pues el problema político no se arreglará con más años entre rejas. La salida a la calle de los líderes separatistas ayudará a que se aligere la tensión en Cataluña y se pueda pasar antes página al desgraciado procés ahora que las elecciones autonómicas no tardarán en llegar.

La historia de miedo que diputados como Gabriel Rufián explicaron el octubre pasado de que los presos iban a ser encerrados 100 años, sumando todas las penas, les fue útil para excitar a su parroquia a pocas semanas de las elecciones generales de noviembre.

No cabe duda de que cuando el Tribunal Supremo rechazó la petición de la Fiscalía de que los condenados tuvieran que cumplir la mitad de la pena para acceder al tercer grado sabía perfectamente que la Generalitat aceleraría al máximo su excarcelación. Lo cierto es que "ese horrible Estado opresor" que caricaturizan los separatistas cuando hablan de España ha sido benévolo con los cabecillas del procés, aunque eso nunca lo reconocerán.

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