Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Cuando soñábamos con el nuevo siglo

Momento del segundo impacto contra las Torres Gemelas, en Nueva York, en los atentados del 11 de septiembre de 2001.Robert / Flickr / Wikimedia Commons
Momento del segundo impacto contra las Torres Gemelas, en Nueva York, en los atentados del 11 de septiembre de 2001. 
Robert / Flickr / Wikimedia Commons
Momento del segundo impacto contra las Torres Gemelas, en Nueva York, en los atentados del 11 de septiembre de 2001.Robert / Flickr / Wikimedia Commons

En aquel paso de milenio pensábamos que lo peor que nos podía ocurrir es que los ordenadores colapsaran, que los sistemas de seguridad se bloquearan y que millones de cuentas bancarias se quedaran a cero por un reajuste del calendario de los sistemas informáticos. En la cuenta atrás de las uvas de aquel 31 de diciembre de 1999 muchos contuvieron el aliento. ¿Qué pasaría dos segundos después? Todo siguió igual en esos primeros segundos del nuevo milenio. El conocido como 'efecto 2000' no iba a ser el caos informático que muchos vaticinaron. El colapso vino meses después, cuando el mundo que conocíamos saltó por los aires con el ataque a las Torres Gemelas.

Por aquel entonces soñábamos con el fin del terrorismo en España, con el fin de ETA, algo que parecía tan lejano que resultaba impensable imaginar que 20 años después, buena parte de la sociedad desconociera quién era Miguel Ángel Blanco o qué pasó en los peores años de la banda. ¿Cómo íbamos a olvidar tan rápido un dolor que estaba tan presente?

En aquel año 2000 se acuñó una de las frases que más hemos utilizado y que mejor define muchas veces nuestro estado de ánimo: el famoso “Váyase a la mierda” de Fernando Fernán Gómez. Si el actor levantara la cabeza y viera cómo hemos revisado tantas veces lo políticamente correcto no daría crédito. Reírnos de nosotros y con nosotros se ha vuelto complicado.

Entonces queríamos comernos el mundo con la tecnología y al final, han tenido que pasar 20 años, dos crisis y una pandemia, para darnos cuenta de que sin ciencia no hay tecnología que valga. Las bolsas, con ventilación asistida durante todo este 2020, sólo han cogido aire cuando ha llegado el anuncio de que la vacuna está a semanas de distribuirse. En aquella nochevieja de 1999 soñábamos con cómo sería el nuevo siglo. Si nos llegan a contar cómo estaríamos 20 años después pensaríamos que el mundo se ha vuelto loco.

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