OPINIÓN

ERC y su españolismo

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este jueves.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este jueves.
EFE
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este jueves.

Que se pacten unos presupuestos es una de las pocas buenas noticias de este 2020. Estamos funcionando con unas cuentas obsoletas que datan de un contexto que no tiene nada que ver con el actual, por lo que, de no ser reemplazadas, nos iríamos directos al precipicio. Lo que no entiendo es cómo a estas alturas de pandemia aún estamos así. Hasta Montoro lo reclama.

Dicho esto, me dejan atónita alguna de las premisas esgrimidas para pactar estas cuentas. Me refiero a ERC, que reclama que Madrid suba sus impuestos. Esto es como si dentro de unos años, este partido plantea que se aprenda catalán en toda España porque, con tanto reducir el español en sus aulas, se sienten en desventaja, teniendo en cuenta que se trata del segundo idioma más hablado del mundo. 

Si entramos en el fondo del asunto, estoy de acuerdo con ERC con que debería de producirse una armonización fiscal en el país de manera que se pague en función de la riqueza. Todo ello para que un vecino de La Cabrera tenga las mismas oportunidades que uno de Salou. Sin embargo, lejos de esa igualdad, lo que ERC persigue, simple y llanamente, es que los inversores no se decanten por Madrid.

Lo que no he oído decir a ERC –corríjanme si me equivoco– es nada sobre el miedo del dinero a la incertidumbre. Solo un dato: desde el 1-O, en tres meses, salieron de Cataluña 3.200 empresas y no solo con destino Madrid.

Si me permiten un consejo, sería preferible que nos centrásemos en lo que nos une y no en lo que nos separa, en aras a que salgamos de esta cuanto antes. De momento, los fondos europeos están bloqueados y como no se contenga la pandemia de forma inminente, nos vamos al carajo con o sin presupuestos.

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