Saúl Ortiz Periodista
OPINIÓN

2021 se prevé borrascoso y altamente conflictivo en el mundo del corazón…

Kiko Rivera.
Kiko Rivera.
GTRES
Kiko Rivera.

2021 se prevé borrascoso y altamente conflictivo en el mundo del corazón. Lo imposible también sucedió en 2020 en un sector que ha sucumbido a la crisis y ha tenido que contar noticias impensables que parecen más bien extractos de guiones inacabados.

Los más benévolos piensan que el año que ahora arranca podría ser el de las reconciliaciones, el de las segundas oportunidades. La familia Pantoja, a la gresca desde que Kiko Rivera se confesara engañado por su madre, afronta su etapa más convulsa. Aunque Isabel quiere y ha buscado la reconciliación, la cabezonería de su hijo imposibilita el acercamiento. Puede que la conversación que la tonadillera tanto ansía termine por sepultar las diferencias y que, juntos, lleguen a un acuerdo sobre la herencia que debió recibir de Paquirri. De momento, no hay demandas ni reclamaciones extrajudiciales, lo que supone un punto a favor.

Tras un año triste, extremadamente difícil por la temprana muerte de su hijo Aless, Ana Obregón se abraza a la ilusión de volver al trabajo. Lo ha hecho recibiendo, desde la puerta del Sol de Madrid, un año en el que ha aceptado regresar a televisión. Presentará, interpretará y volverá a soñar. Retomar la rutina, alejándose de los pensamientos telaraña, es su única pretensión. Ejemplo para muchos, Ana es resiliencia y resistencia.

También se espera que el 2021 haga magia y recomponga los matrimonios que, en estos momentos, se sostienen entre reproches y muchas dudas. Es el caso de Ortega Cano y Ana María Aldón que, a pesar de desmentidos tardíos, no atraviesan su mejor momento dada la sobreexposición mediática. Tal vez el torero acabe entendiendo que el amor no debería verse afectado porque su mujer se haya reciclado en contertulia y juntos puedan cumplir el sueño que se quedó pendiente de volver a ser padres.

Como también quedó sin desarrollarse, en 2020 el reencuentro entre María Teresa Campos y Bigote Arrocet. Una charla que no llegó tras su inesperada ruptura y que podría producirse en el año venidero si finalmente el humorista decide regresar a España y solventar todo aquello que dejó a medias cuando la pandemia lo asoló todo. Por suerte, la presentadora ya no llora desconsolada por su ausencia porque tiene alguna que otra oferta para volver a primera línea de batalla. Puede que 2021 sea, al fin, el año de su regreso.

Como también podría serlo en el caso de Rocío Carrasco. Un regreso a los afectos perdidos con sus hijos. Aunque las diferencias parecen insalvables con la mayor de sus descendientes, ambas sienten que tienen un asunto por resolver. En caso de que los astros se alineen y ambos entornos guíen sus pasos por un mismo camino, el encuentro sería privado e íntimo, rechazando cualquier oferta que pudieran recibir para plasmarlo en una revista. Y eso que la cifra podría ser histórica si la familia al completo, con Fidel y Rocío a la cabeza, posaran felices y dieran datos pormenorizados sobre lo ocurrido.

La comunicación es, para su desgracia, lo que también ha terminado por separar a los hijos de la Duquesa de Alba. La ambición, los títulos y los recelos dinamitaron una relación que, hasta la muerte de la aristócrata, era más bien cordial y afectuosa. El libro de memorias de Cayetano Martínez de Irujo fue la bomba que destrozó Liria pero que nos dejó, a su vez, conocer aspectos sobre su personalidad que nos acercaron más a él. La guerra fraticida puede terminar este año gracias a la intermediación de esos sobrinos que nadan entre dos aguas. También por Fernando, el hermano menos crispado, que sigue creyendo en esa esperanza de la desesperanza.

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