OPINIÓN

La oportunidad de la nueva ministra

La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, en la rueda de prensa tras el Consejo Interterritorial de Salud.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, en una rueda de prensa.
EUROPA PRESS
La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, en la rueda de prensa tras el Consejo Interterritorial de Salud.

No se puede negar a Salvador Illa el mérito de haber soportado la enorme presión política y, sobre todo, humana que debe suponer para cualquier persona asumir la responsabilidad de gestionar una tragedia como la calamidad sanitaria que sufrimos desde hace un año. Haya sido más o menos acertada esa gestión, es difícil ponerse en la piel de quien se encontró, sin esperarlo, con la obligación de tomar decisiones sobre un problema de una magnitud inabarcable. Hoy, Illa ya se ha liberado de esa labor y se dedica a otro problema muy serio que, por suerte, es solo político y no afecta a la salud y a la vida de las personas, como es la cuestión catalana.

En su lugar, la nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias, llega al cargo en lo peor de la tercera ola, cuando estamos ante una situación cercana al colapso del sistema hospitalario, no muy distinta de la que tuvimos en la terrible primera ola. Y ya estamos peor que en la segunda.

Pero hay dos buenas noticias para la ministra Darias. Primera: que ya disponemos de la vacuna y, antes o después, su efecto debería frenar el avance de la pandemia. La segunda, que ya tenemos la experiencia de lo hecho durante el año que ha pasado desde que conocimos la existencia del nuevo coronavirus, y una persona distinta al frente del ministerio puede facilitar algo que parece necesario: algún cambio en la estrategia sanitaria.

Igual que ocurriría ante cualquier otro problema, nunca todas las decisiones son equivocadas ni todas son correctas. Durante estos largos meses de sufrimiento, hemos visto que se ordenaba una cosa y su contraria conforme pasaban las semanas y se veía si las medidas que se aplicaban funcionaban o no. Era comprensible que así fuera, cuando nos enfrentábamos a un enemigo desconocido. Pero ya no es tan desconocido, y resulta preocupante que asistamos a discusiones entre comunidades autónomas y el Gobierno central sobre asuntos muy graves, que se eternizan sin una solución definitiva, cuando es evidente que el virus no se toma tantos plazos y nos ataca sin piedad.

"La nueva ministra tiene una tarea difícil, pero también una gran oportunidad"

Sería muy deseable que los ciudadanos pudiéramos encontrar en los responsables políticos de las diferentes administraciones, y pertenecientes a partidos distintos, posiciones similares, si no iguales, porque así sería más fácil recabar la comprensión de todos ante las duras medidas de restricción que se nos exige cumplir. Que haya tanta disparidad de criterios y de medidas solo alimenta la dispersión y la sospecha sobre las decisiones que se toman y sobre la capacidad de quienes las toman.

La nueva ministra tiene una tarea difícil, pero tiene también una gran oportunidad para conseguir el éxito de gestión que el país necesita con urgencia.

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