La fama y gloria que acompañan la vida del deportista de élite tienen un lado oscuro para el que no suele haber portadas o fotos hasta que la situación es irremediable: estrés, ansiedad, depresión… Ayer, la número uno mundial, Simone Biles, decidió parar en medio de unos Juegos Olímpicos y poner por delante su salud mental a su cita con el Olimpo. Hace bien.
OPINIÓN28.07.2021 - 08:01h
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