Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Los telediarios vuelven a sentarse: cuando el periodismo no necesita efectos especiales

Matias Prats, en el informativo de Antena 3 de este fin de semana.
Matias Prats, en el informativo de Antena 3 de este fin de semana.
Atresmedia
Matias Prats, en el informativo de Antena 3 de este fin de semana.

El espectador cree estar más informado que nunca. Pero sólo lo cree. Y ahí existe la gran oportunidad para los emblemáticos informativos de las cadenas de televisión. No basta con resumir lo acontecido en la jornada a través de una rígida escaleta. Gran parte de la audiencia ya conoce lo que ha sucedido, pues el público generalista recibe la información a un sólo clic de distancia a través de su teléfono móvil. Por la prensa online, redes sociales o el propio WhatsApp. 

Las noticias fluyen por las aplicaciones de mensajería instantánea. Noticias verdaderas y, también, mentiras disfrazadas de noticia. El espectador siente que ya no necesita acudir a las tres de la tarde o a las nueve de la noche a la televisión para ver qué ha pasado. Reclama un extra, que le permita entender más que conocer lo que ha sucedido. Ahí entra la relevancia del periodismo de autor, que elabore la información primando la perspectiva a la recapitulación.

En una época de tanto caudal de información desde el anonimato es vital acudir a la credibilidad de las historias con nombre propio. Sin embargo, para competir con tanto ruido y atraer el interés del espectador con menos paciencia que nunca, los informativos han decidido dar más dinamismo a las presentaciones de los Telediarios. Los comunicadores de pie, moviéndose entre señales de vídeo y grafismo envueltas en un efectismo que, en ocasiones, aparenta que todo es un hecho histórico. Aunque no lo sea.

Las mesas de los platós de los informativos se han ido haciendo más pequeñas para dar paso a espacios más versátiles, que pueden dar cobijo a una entrevista, a una actuación musical o a una animación en realidad aumentada para explicar algún concepto. Las noticias se visten para que sean más claras e incluso más espectaculares en el ojo del público. No es malo. En televisión se puede hacer todo, todo depende de cómo se haga

Hemos estado demasiado entretenidos en la teatralización de la actualidad. Y la tragedia real no acepta teatros."

Pero, al final, los presentadores regresan a la seguridad de la mesa cuando la actualidad viene con información contrastada de calado histórico real. Entonces, los Telediarios no necesitan tanto dinamismo forzado en el decorado. Porque el movimiento lo está dando la propia realidad. Está sucediendo con el ataque ruso a Ucrania. Los principales informativos han vuelto a mostrar su lado más estático en el estudio. Se han vuelto a sentar. No dependen tanto de realidad aumentada y juegos de efectos especiales. Nadie lo echa en falta. Quizá porque hemos estado demasiado entretenidos en la teatralización de la actualidad. Y la tragedia real no acepta teatros.

Aún no diferenciamos bien entre estar entretenidos y estar informados. No es lo mismo. Lo que sí estamos reaprendiendo es que la información cotejada y de magnitud verdaderamente histórica no pide edulcorantes, paseos y dar vueltas hacia ninguna parte. Sólo periodismo. Periodismo concreto, transparente y útil.

Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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