Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

Cuando te vendan una metáfora, tiembla. El pesado tres sesenta te quiere convencer de que su producto o servicio lo abarca todo, tiene una perspectiva global, multidisciplinar, transversal e integradora. La palabra “integral”, que venía del pan y al pan debe volver, parece que ya no resuena tanto. Mejor. El pesado tres sesenta te vende un círculo, un aro, una idea en la que se supone que entra todo lo necesario para el éxito.

El pesado tres sesenta ha descubierto el Mediterráneo. Se da cuenta de que hay algunas cosas que no ha aprendido en casa y en el colegio y se entera de que se tiene que buscar la vida para rellenar un impreso de Hacienda. Como la culpa es del sistema, como doña Ofelia, la profesora de Conocimiento del Medio, no le enseñó a hacer un presupuesto, se siente frustrado y va a salvar el mundo con un cursillo de formación tres sesenta. Va a permitirte acelerar tu desarrollo personal y profesional. Casi nada.

El pesado tres sesenta es amigo del tontico de las sinergias. Juntos dominarán la galaxia. No han pensado en ofrecer formación setecientos veinte, que parecería una especie de doble mortal del humo, ni en vendernos una esfera, que sería, por cierto, algo mucho más sofisticado y actual. Formación esférica. Cuatro pi erre cuadrado Sociedad Limitada, ronda de financiación, vivero de empresas y a vivir. Todo se andará, no quiero dar ideas, que falta todavía alguien más.

"Trata de convencernos de que el éxito profesional se fundamenta en una dedicación total a una idea"

Así es. Falta por salir el plasta veinticuatro siete. Ha descubierto el Cantábrico. Está convencido de que para triunfar en la vida hay que trabajar siempre, da muchísimo la matraca con el emprendimiento y con el trabajo cooperativo. Con esta expresión trata de convencernos de que el éxito profesional se fundamenta en una dedicación total a una idea. Te llama a cualquier hora, tiene ideas los domingos y fiestas de guardar y manda mensajes por el móvil, a veces en interminable audio, como una metralleta. Pero el éxito es huidizo y también ama el descanso. El plasta veinticuatro siete no lo sabe, pero ha tomado esta expresión de algunas canciones de los ochenta y de ciertos gurús empresariales. Se utiliza, por cierto, para otras cosas más turbias que, como en la canción del Gorila, mi madre me ha prohibido aquí citar.

El pesado tres sesenta y el plasta veinticuatro siete quieren ser modernos, buscan el reconocimiento y la atención de la sociedad con metáforas espacio temporales, formas a priori de la sensibilidad externa, que diría Kant. Para ir terminando, hagamos una traducción rápida para que todos lo entendamos: el pesado tres sesenta ofrece lo que en una tienda de ultramarinos sería un amplio surtido de productos y el plasta veinticuatro siete vende servicio permanente como una funeraria. Así mejor.