La política lo inunda todo últimamente. Y ha sido la gran protagonista de este 2019. La bolsa es menos sensible que antaño a esta clase de devaneos, aunque le fue difícil no verse afectada por el anuncio de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos (alianza de izquierdas).

Los inversores son conscientes de que una opción como esta suele ser sinónimo de un aumento del gasto público y, consecuentemente, una mayor presión fiscal. Estaríamos hablando de aumentar el Impuesto de Sociedades, subir el IRPF a las rentas más altas y añadir más impuestos al diésel.

Estaríamos hablando de aumentar el Impuesto de Sociedades, subir el IRPF a las rentas más altas y añadir más impuestos al diésel

Jesús Hellín - Europa Press

Si se plantea invertir en bolsa, debería vigilar con precaución el sector petrolero, afectado por la creación del impuesto al diésel de cara a “igualarlo” con la gasolina.

La banca sería otro penalizado, así como las eléctricas. Si nos ceñimos a las promesas electorales, estarían obligados a ofrecer gratis el servicio de luz y de gas a familias con rentas bajas.

En el bando positivo, destacan el sector farmacéutico, el de renovables o el de infraestructuras, que dispondría de una mayor partida presupuestaria. Juegue bien sus cartas para que el Gobierno del futuro le dé alegrías, al menos, si apuesta por la renta variable.