OPINIÓN

Que lo que el Covid muestra no lo olvide el hombre

Un hombre con mascarilla consultando el móvil por la calle.
Un hombre con mascarilla consultando el móvil por la calle.
Jorge París
Un hombre con mascarilla consultando el móvil por la calle.

Parece que empieza a visualizarse la luz tras el largo pasillo de la Covid.

Muchos elementos han hecho que demasiados se queden en él y otros hemos sido capaces de aprender a sortear obstáculos, cambiar modos de trabajar o relacionarse, para divertirse, o llorar.

No sé si “saldremos mejores” como algunos dicen, pero desde luego algo ha cambiado y hemos visto que teníamos herramientas muy valiosas. Y que otras necesarias no existían.

Las redes sociales se han consolidado como vías en las que informarse y comunicar pensamientos y odios. Pero las 'Fake news' también han recalcado la importancia de informarse en medios fidedignos.

Nos hemos dejado los ojos en las pantallas de los ordenadores, o en los teléfonos móviles (75 horas a la semana). Hemos seguido bailes de datos, normativas, debates sobre la pandemia, crispación política, las fases de “liberación”….

Mientras miles de familia han tenido que intentar teletrabajar. En muchos casos con niños, u otras circunstancias, con situaciones laborales adversas y con retrasos en pagos, cuando los había.

Se ha visto cómo parte de la administración está obsoleta en procesos y tiempos de tramitación. Que en multitud de oficinas del SEPES, o de la Tesorería, se haya tenido que comprar equipos informáticos y que no existiera la posibilidad de teletrabajar, ha demorado pagos y tramitaciones de un modo casi tercermundista.

Se ha visto cómo muchos colegios no eran capaces de poder impartir los programas a los alumnos confinados de un modo fácil y “similar” en los distintos centros y CCAA.

Se ha visto qué marcas y negocios han sabido funcionar con la entrega a domicilio y cuales han pedido clientes por su mala gestión. Qué bancos han atendido eficientemente y cuales sólo han cerrado sucursales y olvidado a cientos de clientes ofreciendo alternativas absurdas.

Se ha visto cómo compañías (y administraciones) no han sido capaces de lograr productos para que pudieran venderse en España, o llegasen a determinados sectores sensibles. Esto hace que las compañías tengan que replantearse dónde se produce, qué se importa y qué no, y como están preparadas las líneas de abastecimiento.

Al igual que ha habido cambios para que el paro se cobre ahora a principios de mes, y no casi a mediados, es necesario revisar infinidad de procesos y tramitaciones para, por ejemplo, abrir una empresa, acceder a un préstamo (avalado por el ICO, o no), solicitar una ayuda o reclamar ante un fallo administrativo (y que te respondan al otro lado del teléfono).

El cambio en la fecha del cobro del paro es significativo y no tenía sentido que un parado no tuviese el dinero para pagar deudas, como el alquiler de una casa, a principios de mes. ¿Un simple cambio que podía haberse hecho hace años ha necesitado esta crisis para que alguien se dé cuenta?.

Es el momento para que reivindiquemos todos esos “fallos” que hemos detectado y administraciones y empresas los resuelvan para no poner más piedras en el duro camino económico que acabamos de comenzar a recorrer.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento